José Esteban Conesa, actual presidente y consejero delegado de Primafrio, nació con una pasión innata por los vehículos y el transporte. «Desde que tengo memoria, he tenido una fascinación por todo lo que se movía: barcos, coches y, por supuesto, camiones», asegura. El empresario bromea sobre el hecho de que su primera experiencia con los camiones podría haber empezado en el mismo momento de su nacimiento: según cuenta su madre, el día que salieron del hospital su padre los recogió… en un camión. «No había otro vehículo disponible», comenta con humor, aunque rápidamente aclara que su amor por los vehículos no se limita a los camiones, sino a todo lo que implica movimiento. Durante su infancia, no se conformó con ser un simple espectador del negocio familiar. Su curiosidad lo llevó a aprender todos los aspectos del transporte, desde viajar con los conductores hasta pasar tiempo en los talleres con los mecánicos. «He viajado con los chóferes, sé cómo piensan, me enseñaron a conducir y también he aprendido a cambiar una rueda o reparar un motor», comenta.
Conesa cursó ICADE para adquirir conocimientos en derecho mercantil. «Mi idea era acabar la carrera, trabajar como pasante en algún despacho y luego montar el mío propio», cuenta. Sin embargo, la vida tenía otros planes para él, y en palabras de su padre, «la vida es lo que te pasa mientras haces otros planes». El verano de 1988 marcó un punto de inflexión en su vida. Con sus padres de vacaciones por primera vez, asumió el mando del negocio familiar, que en ese entonces contaba con una flota de poco más de 30 camiones. «Conocía a todos, sabía cómo funcionaba todo», asegura. Sin embargo, lo que comenzó como un favor temporal se convirtió en una responsabilidad a largo plazo. Tras aquella primera campaña, llegó otra y luego otra más. «Al tercer año pensé: ‘Ya me he quedado atrapado’», confiesa quien en 1988 se incorporó a la empresa.
La apuesta por Portugal
A mediados de la década de los 90, España se encontraba inmersa en un fenómeno económico sin precedentes: el boom inmobiliario. La construcción crecía a ritmos vertiginosos y, con ella, la demanda de mano de obra. Este auge no solo transformó el paisaje urbano, sino que también afectó de manera directa a otros sectores, como el transporte. Primafrio, una de las empresas líderes en el sector logístico de transporte frigorífico, vivió de primera mano las consecuencias de esta situación.
Esteban Conesa recuerda cómo la expansión del sector de la construcción generó una crisis de conductores en España. «A mitad de los 90, con el boom inmobiliario, los conductores empezaron a desplazarse del transporte a la construcción, con lo cual empezamos a tener la primera escasez de conductores en el país», comenta. Ante la creciente falta de conductores en España, Primafrio tuvo que ponerse a buscar soluciones innovadoras. La cercanía geográfica con Portugal ofreció una alternativa que la empresa no tardó en aprovechar. «La solución fue precisamente que, como estábamos en Huelva, teníamos a Portugal al lado y decidimos empezar a contratar a conductores portugueses”, señala. En retrospectiva, esta decisión resultó ser una jugada maestra para la empresa.
«Nos vino bastante bien porque, como siempre, les pagamos lo mismo que a un conductor español. Al final, lo que encontramos en Portugal fueron profesionales apasionados por el trabajo, comprometidos y con una gran ética laboral», añade. La empresa, al ofrecer las mismas condiciones salariales a los conductores portugueses que a los españoles, sentó un precedente que sigue vigente.
La incorporación de conductores portugueses no solo permitió a Primafrio resolver una crisis inmediata, sino que también ayudó a consolidar su reputación como empleador. «Actualmente, seguimos teniendo chóferes españoles, pero la mayoría son portugueses», explica el empresario, reflejando cómo esta solución a corto plazo acabó transformándose en una parte estructural.
Las alianzas clave
Uno de los pilares operativos de Primafrio son las joint ventures. Se trata de alianzas con compañías del mismo sector, en especial de corte internacional, que son clave para la operativa de la empresa, con sede en Alhama de Murcia. «Cada vez que damos con una empresa con la que tenemos sinergias, nos lo planteamos», asegura Conesa.
Actualmente, el grupo cuenta con dos. Por un lado, se encuentra Primaver, fruto de la alianza entre Primafrio y el operador logístico francés Réseau Primever. «Casualmente, hasta tenemos nombres muy parecidos, por eso el híbrido entre ambas se llama Primaver», comenta Conesa. Así, Primaver es una entidad especializada en el servicio de grupaje hortofrutícola y con capacidad operativa para transportar frutas y hortalizas procedentes de España y Portugal con destino a Francia. Con una flota compuesta por 3.600 camiones y 36 plataformas frigoríficas, esta compañía ha transportado en el presente año cerca de tres millones de toneladas de productos hortofrutícolas. «Ellos tienen 27 puntos de distribución en toda Francia, con lo cual todos los días salen sus camiones a hacer reparto en su país. Nuestros camiones lo que hacen es dejar en sus centros la mercancía desde España, Marruecos y Portugal, y ellos la distribuyen», detalla.
Por otro lado, está Primavia, una joint venture formada por la empresa murciana junto a VIIA, filial para el transporte de mercancías de SNCF, que centra su actividad en el transporte internacional multimodal, una combinación de transporte por carretera y transporte refrigerado por ferrocarril de bienes perecederos entre España y Europa. Este servicio garantiza un transporte rápido, ecológico y responsable para adoptar soluciones muy competitivas en el sector. «Con ellos tenemos 200 camiones que cruzan todas las semanas a Francia en tren», subraya.
En este sentido, Conesa quiere seguir con esta estrategia, por lo que no se plantea realizar adquisiciones de otras compañías del sector. «Siempre hemos crecido de forma orgánica y así lo vamos a seguir haciendo», señala el consejero delegado.