Se suspendió la sesión de control al Gobierno por la tragedia de la dana en la provincia de Valencia y otros territorios limítrofes, la peor catástrofe del siglo para la ciudad valenciana. Todos los grupos políticos tenían claro que no era el día para fiscalizar al Ejecutivo y protagonizar un debate tan bronco como sucede habitualmente, mientras las cifras de muertos no dejaban de crecer. También quedaron aplazadas las comisiones parlamentarias y el resto de la agenda institucional de la Cámara. Sin embargo, PSOE y Sumar -con mayoría en la Mesa del Congreso- impusieron seguir adelante solo con un debate: el pleno que serviría para convalidar el real decreto ley de RTVE que permite la renovación pactada entre el Gobierno y sus socios.
El empeño de los socialistas y Sumar por mantener exclusivamente ese punto implicó que PP y Vox -también lo hizo Compromís– abandonaran la sesión y no participaran tampoco en la votación. “No tiene ningún sentido cancelar todo menos eso porque el Gobierno quiera controlar desde hoy RTVE”, se quejaban los diputados conservadores. Alberto Núñez Feijóo aseguró que era “el capítulo de mayor bajeza moral” que había presenciado.
En este capítulo, que la oposición ve como “uno de los más indignantes”, el PP también cree que el Gobierno ha quedado “absolutamente retratado” y considera, según explican diputados a este diario, “que es una equivocación absoluta” por la imagen que dio el Congreso y, sobre todo, porque a su juicio Pedro Sánchez “no puede ir más lejos con sus pretensiones” de “colonizar instituciones”. “Hacer esto y hacerlo así es efectivamente sentirte impune pase lo que pase”, rematan.
En el PP se siguen preguntando por qué la prisa y la necesidad de debatir este miércoles mismo la convalidación de un decreto ley mientras toda la actividad política quedaba paralizada. “Qué razón tan poderosa tienen que tener para insistir en debatirlo y aprobarlo en un día tan trágico”, insistían en el grupo parlamentario.
Según relatan algunos de los presentes en las reuniones de la Mesa y de la propia Junta de Portavoces, el diputado del PP, Miguel Tellado, insistió en suspender toda la actividad y “puso a disposición” de la Cámara la voluntad de su grupo parlamentario para reanudar el pleno en otro momento -“cuando quisieran”- excepto en el día de ayer.
Los populares aseguran que dieron facilidades, pero que la posición de Tellado fue insistir una y otra vez en que debían suspender la sesión. En un primer momento el PP creyó que se tendría en cuenta, pero al final el rodillo de PSOE y Sumar se impuso.
En realidad, justo al empezar la sesión de control, pasadas las nueve de la mañana del miércoles, se confirmaron 50 víctimas mortales. Luego serían muchas más. Y la diputada del PP, Ester Muñoz, pidió “parar” la sesión en la tercera pregunta. “Estamos a tiempo. Yo no quiero preguntarle hoy nada”, le dijo a la vicepresidenta Yolanda Díaz. Tellado justo después volvió a lanzar la petición formal a la Cámara. E incluso el portavoz socialista Patxi López mostró su disposición a hacerlo.
Francina Armengol anunció un receso de tres minutos, pero los portavoces y los miembros de la Mesa que preside no volvieron al hemiciclo casi una hora y media después. A las once comenzaría el pleno sobre RTVE, cancelándose la sesión de control y el resto de la agenda.
La discusión fue dura y la sensación de disgusto generalizado también se vio en el hemiciclo y en los pasillos. La realidad es que la inmensa mayoría de diputados llegaba el miércoles por la mañana con gesto de preocupación y caras desencajadas. El tono -durante las únicas preguntas que se lanzaron al Gobierno- ya fue mucho más bajo de lo habitual. Había orden directa del portavoz en el caso del PP para que así fuera. “No procede en absoluto esta sesión de control”, comentaban los parlamentarios en las filas de la oposición.
También el Gobierno insistió desde el primer momento en que “no era el día” y María Jesús Montero pidió “unidad”. Pero esa petición no se tradujo más que en defender que se cayeran las preguntas a los miembros del Ejecutivo del orden del día.
El PP, que insistió en que “no era el día de hacer política”, sí veía al Gobierno “en la dirección opuesta a la propia sociedad, conmocionada por lo sucedido”. Y en el grupo conservador creen que se mantuvieron “en el sitio que tocaba” y que los que “han recibido golpes políticos” son los partidos del Ejecutivo, “retratados” por forzar “el único debate que les interesaba”.
Incluso con decenas de muertos encima de la mesa y la declaración de luto oficial para todo el país durante tres días, la bronca política se abrió paso.