Dos días después de la tragedia, los vecinos y vecinas de Algemesí empiezan a ver coches y agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad circular por sus calles llenas de barro y de agua. «Ya empieza a haber un poco de comunicación. Esto estaba desierto», explica Jose Manuel, una de las centenares de personas damnificadas.
Saben que, a partir de ahora, la ayuda se multiplica porque hasta el momento se habían tenido que ayudar entre ellos para poder obtener comida y bebida, ya que los comercios están cerrados y la falta de suministro eléctrico ha comportado que gran parte de los alimentos terminen en la basura.
El Ayuntamiento de Algemesí, con la ayuda de Cruz Roja, está habilitando un punto de atención a las personas afectadas. Aunque todavía no está en funcionamiento, ya que los voluntarios esperan la llegada de camiones con el suministro necesario, decenas de personas ya aguardan en la cola.
«Ayer ya empezamos a entregar algo de comida, pero necesitamos mucha más», señalan fuentes del consistorio. Esperan con ansia la llegada de esos camiones repletos de comida y, sobre todo, agua, ya que las inundaciones han comportado que gran parte de la localidad no tenga suministro eléctrico ni agua potable. A ello también se suma la falta de medicamentos.
Éxodo a pie a otras localidades
Las tiendas de Algemesí están devastadas por la cantidad de agua, por lo que no han podido abrir ni ayudar al vecindario. Por ello, muchas de las personas afectadas se ven obligadas a trasladarse a pie con sus carros de la compra a localidades cercanas para poder obtener algo de alimento. «Estamos buscando pan y algo más para comer porque no hay nada», relatan dos vecinas de la localidad, que buscan desesperadamente algo que llevarse a la boca.
Las ayudas llegan a cuentagotas, pero el consistorio confía que pronto se podrán repartir alimentos entre los afectados.