El Ejército Popular de Liberación ha ofrecido en años recientes una visión de la bahía de armas de su avión no tripulado de ataque furtivo GJ-11. Este vehículo aéreo no tripulado, que se presentó al público por primera vez durante un desfile en China en 2019, ha captado la atención por su diseño y capacidades.

Desde su debut, se estima que el GJ-11 ha evolucionado considerablemente, posiblemente incorporando nuevos armamentos y estableciendo conexiones en red que permitirían su funcionamiento en conjunto con sistemas tripulados. Esta configuración lo posicionaría como un “compañero leal”, ampliando su utilidad en operaciones conjuntas.

El GJ-11 podría estar diseñado para competir o incluso superar las capacidades de modelos estadounidenses como el RQ-170 Sentinel o el dron armado Reaper. Un análisis reciente del South China Morning Post sugiere que el GJ-11 está siendo preparado para desempeñar el papel de un avión no tripulado de ataque furtivo, trabajando en sinergia con cazas pilotados.

No obstante, las primeras imágenes del dron, que parecen emular el diseño de varias plataformas estadounidenses, solo permiten observar la parte superior de la aeronave. La falta de visibilidad de las áreas bajo las alas ha suscitado especulaciones sobre la existencia de un compartimiento interno para armamento, un aspecto que aún permanece sin confirmación.

El GJ-11 chino muestra su capacidad de armamento en el Airshow China 2021

Un informe de un periódico chino indica que la respuesta a la pregunta sobre el compartimiento de armas del dron GJ-11 es afirmativa, ya que China ahora presenta al público este aspecto del avión.

Según el gobierno chino, el “avión no tripulado de reconocimiento armado furtivo GJ-11 abrirá sus bodegas de armas por primera vez y demostrará su capacidad para transportar una gran cantidad de armamento de precisión en el Airshow China 2021”, según un artículo publicado hace algunos años en el periódico Global Times. Este dron ha sido exhibido en ferias aéreas junto a reconocidos aviones de carga como los J-20 y el Y-20.

El GJ-11, desarrollado por la empresa china AVIC, cuenta con dos compartimentos de armamento ubicados entre el tren de aterrizaje del dron, según el Global Times. Cada uno de estos compartimentos tiene cuatro posiciones para bombas que parecen ser aire-tierra, guiadas y de precisión.

Este tipo de avión no tripulado, que combina capacidades de transporte y lanzamiento de bombas planeadoras o misiles aire-tierra de ataque de precisión, podría no tener un equivalente operativo en Estados Unidos. A pesar de que su diseño parece estar influenciado por varios modelos de aviones furtivos estadounidenses, el GJ-11 presenta características únicas.

El nuevo dron chino podría ofrecer una combinación de atributos poco comunes que otros países quizás no logren igualar. Si bien muchas naciones cuentan con cazas furtivos armados, los drones armados y furtivos aún no han alcanzado una plena realización en el ámbito global.

El GJ-11 chino se compara con el RQ-170 y el B-2 en diseño y capacidades

Estados Unidos cuenta con varios drones de ataque, como el Reaper, que es menos sigiloso, pero la información sobre el RQ-170 sugiere que este último no está armado.

Optimizar una combinación de características en un dron puede ser complicado, ya que los pilones o compartimentos de armas que aumentan tanto el peso como el tamaño de la aeronave pueden dificultar la ingeniería de una plataforma que sea altamente sigilosa.

Mientras que Estados Unidos está desarrollando un dron de ataque armado y furtivo a través de la DARPA y la industria, el RQ-170 no está diseñado para llevar armamento, y plataformas como el B-2 son, por supuesto, pilotadas.

El periódico chino señala que la configuración del GJ-11 se asemeja a un “diseño de ala volante similar al del bombardero estratégico B-2 de Estados Unidos”.

Esto no resulta sorprendente, ya que China tiene un historial bien documentado de crear lo que parecen ser intentos de imitación de diseños estadounidenses, lo que ha generado acusaciones de plagio en el ámbito de la ingeniería aeronáutica.

GJ-11: el dron chino y sus capacidades de ataque furtivo

¿Podrá la nueva plataforma china GJ-11 disparar misiles de precisión aire-tierra como el HELLFIRE o lanzar bombas planeadoras? Aunque no se conocen detalles específicos sobre las armas, un periódico respaldado por el gobierno chino afirma que el dron está diseñado con dos compartimentos internos para armamento, cada uno con cuatro posiciones para bombas.

Un aspecto relevante que plantea la existencia del GJ-11 es la madurez del ataque furtivo chino en el contexto de las defensas aéreas, así como el desarrollo de la cooperación entre aeronaves tripuladas y no tripuladas.

La Fuerza Aérea de Estados Unidos ha trabajado durante muchos años en el concepto de “compañero leal”, que implica que un avión tripulado controle un dron desde la cabina. Este enfoque reduce la latencia, mejora la capacidad de supervivencia y el alcance de los pilotos, además de optimizar las opciones de ataque en escenarios hostiles.

Un dron de ataque furtivo, a diferencia de los modelos menos sigilosos como los Gray Eagles y Shadow, que son controlados por helicópteros Apache, puede ampliar significativamente las opciones de ataque contra defensas aéreas avanzadas, manteniendo a los aviones tripulados fuera del alcance del fuego terrestre.

Estados Unidos ha logrado avances significativos al implementar su concepto de “compañero leal” con el dron Valkyrie, que ha realizado vuelos en conjunto con aviones de combate tripulados durante demostraciones de la Fuerza Aérea.

La Fuerza Aérea avanza en el control de drones desde cazas de quinta generación

Proyecto GJ-11 de China: Proyección de poder marítimo

Desde hace varios años, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha hecho grandes avances en la creación de un escenario donde un caza de quinta generación, como el F-22 o el F-35, puede controlar drones en tiempo real desde la cabina, gestionando tanto la trayectoria de vuelo como la carga útil de los sensores.

La capacidad operativa de la Fuerza Aérea estadounidense está evolucionando a un ritmo acelerado.

Sin embargo, surge la pregunta: ¿hasta qué punto es capaz China de replicar este modelo? ¿Puede hacerlo con un dron de ataque furtivo? La existencia de un dron como el GJ-11, especialmente si se produce en grandes cantidades, añade nuevas dimensiones al ataque furtivo, ya que podría asumir las misiones de ataque más arriesgadas sin poner en peligro la vida de los pilotos.

Hasta ahora, los esfuerzos de Estados Unidos para diseñar equipos que integren sistemas tripulados y no tripulados no han mostrado el uso de un dron “sigiloso”. Sin embargo, la DARPA parece estar avanzando rápidamente en este campo, lo que podría cambiar la dinámica en el futuro.

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