El escándalo de Iñigo Errejón ha estallado como un misil en la línea de flotación de la izquierda. La crisis desatada el pasado jueves, con la dimisión del exportavoz de Sumar acusado de agresión sexual, ha abierto en canal el ecosistema progresista más allá del PSOE, donde el shock inicial ha desembocado en una serie de rencillas entre partidos hasta ahora aliados.
La salida de Errejón, que pasó antes por Podemos y Más Madrid, ha llevado a que las distintas fuerzas traten de evitar -cada una a su manera- el desgaste que conlleva el asunto, especialmente sensible para quienes defienden su compromiso feminista, y esto ha derivado en cruces de reproches, exigencia de responsabilidades y recelos renovados entre fuerzas todavía aliadas. La gestión del caso Errejón se ha traducido de momento en un ajuste de cuentas en el ala izquierda del PSOE sin que se vislumbre por ahora una salida a esta crisis.
Este escenario debilita aún más a Sumar, el proyecto que Yolanda Díaz lanzó en Magariños hace año y medio y al que distintos actores de la coalición progresista ya dan por amortizado. Un proyecto que amenaza con morir antes siquiera de culminar su construcción. El partido tenía previsto una asamblea a mediados de diciembre para fijar estatutos y resolver la crisis de liderazgo abierta tras la dimisión de Díaz como coordinadora por el fiasco electoral de las europeas.
Pero antes de poder resolver aquella primera crisis que llevó a la salida de Díaz, el suelo se abre de nuevo ante sus pies, y ya hay partidarios de posponer el cónclave tras el escándalo de Errejón y ante la necesidad de repensar el proyecto. El 9 de noviembre se reunirá la coordinadora colegiada para tomar esta decisión.
Reproches cruzados
Lo cierto es que la crisis ha desatado reproches cruzados en casi todos los sentidos. IU ha pedido aprovechar la crisis para que sea un «aldabonazo» y hacer una «reestructuración profunda» que incluya todos los espacios de convivencia, y termine con la «verticalidad» de las decisiones, impuestas hasta ahora por Yolanda Díaz. Unas críticas que van acompañadas por un objetivo expresado: ganar protagonismo en la coalición.
El coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, respondió a la crisis exigiendo más responsabilidades tanto a Sumar como a Más Madrid, apuntando a la insuficiencia de las medidas tomadas. También él ha sido el encargado de expresar sus nuevas exigencias, al tiempo en que ha dado por amortizado el proyecto de Sumar, avanzando que habrá que buscar una nueva marca.
En una entrevista en Despierta Andalucía, de Canal Sur, apuntó a que era el momento de plantear “cambiar de nombre o de siglas” para las próximas elecciones, y aunque “queda todavía tiempo hasta 2027″ para las generales, urgió a la «reorganización del espacio» y llamó a concurrir en la próxima cita con las urnas “con el mejor nombre que aglutine más, en el que todo el mundo se sienta representado”.
Otras formaciones como Compromís también normalizan un cambio de siglas en una futura coalición, después de que la actual marca haya acusado un fuerte desgaste. Si Sumar ya quedó herido tras el fracaso electoral y la mala gestión de las alianzas con el resto de partidos, el escándalo de Errejón podría suponer ahora su estocada de muerte.
Podemos ahonda en la herida
A esto se une que IU ha emprendido una campaña para volver a incluir a Podemos en una futura coalición de la izquierda. La salida de Errejón podría facilitar el entendimiento, al ser uno de los grandes enemigos del partido morado, pero la figura de Yolanda Díaz también genera un gran rechazo en el partido, que sigue mirando a Irene Montero como principal referente y a quien aspiran a recuperar como candidata tras su paso por el Europarlamento, después de que fuera vetada de las listas de las elecciones generales.
Podemos fue el primero en señalar directamente a Díaz tras estallar el caos Errejón, y la exministra de Igualdad ha después una de las encargadas de abrirle un nuevo frente a Sumar. Desde Podemos salieron en tromba este martes contra la vicepresidenta segunda del Gobierno por defender en su comparecencia del lunes la necesidad de interponer una denuncia en casos de violencia machista para poder actuar. Un discurso que ha aprovechado Podemos para cuestionar abiertamente a Díaz y poner en duda su formación feminista: «Es un discurso previo a la ley de 2004, ¿no tiene asesores?», ironizaban en la formación.
Todos los dirigentes del partido, incluida Irene Montero, se han dedicado a rebatir este discurso. Montero aprovechaba esta martes para usar este asunto como ariete contra Yolanda Díaz, a quien acusaba de «desinformar o mentir», asegurando que «denuncien o no, todas las víctimas tienen derechos por ley». Podemos ahonda así en la herida abierta en Sumar, donde han visto comprometido su discurso feminista, y lo rebate precisamente con la que fuera puntal en esta materia desde el Ministerio de Igualdad. Díaz ya les dirigió un mensaje el lunes, criticando a quienes «intentan sacar rédito político» de la crisis de Errejón
«Reestructuración»
La extrema debilidad de Sumar le obliga ahora a aceptar las condiciones reclamadas por IU pero algunas voces también afean en privado el momento legido por Maíllo a la hora de plantear sus exigencias, nada más encarar la crisis de Errejón.
En Compromís comparten con IU la idea de hacer «reestructuración» profunda del grupo parlamentario, con cambios no solo en la portavocía principal, sino en las portavocías adjuntas y en las comisiones; aunque entre los valencianistas también hay quien reprocha a IU que trate de sacar partido de la situación.
Mientras, Más Madrid ha pasado de uno a dos diputados tras la salida de Errejón, lo que lleva a algunos a pensar que pueda ganar peso con una portavocía adjunta, algo que algunos apoyan, mientras los partidos minoritarios se muestran recelosos ante la posibilidad de perder la portavocía rotatoria que ahora ostentan Chunta Aragonesista y Més per Mallorca, que tienen un diputado cada uno.
Crisis con Más Madrid
La relación entre Más Madrid y Sumar también afronta serias dificultades. Entre ellas se ha abierto una grieta insalvable tras la crisis de Errejón, a cuenta de que unos y otros se arrojaran las responsabilidades por su inclusión en las listas de las generales y por la gestión de una denuncia previa de 2023.
Desde el mismo día en que estalló la crisis, Más Madrid defendió haber actuado con diligencia y sacó pecho de haber reclamado a Sumar, antes que nadie, la salida de Errejón, mientras en Sumar le acusaban de intentar «apuntarse el tanto». Finalmente, el partido de García fue el principal damnificado y se cobró la primera responsabilidad política, con el cese fulminante de Loreto Arenillas, la diputada de la Asamblea de Madrid a la que señalan por encubrir la agresión.
Cinco días después de que estallara el caso y ya una vez que se había cobrado su primera víctima política, Yolanda Díaz compareció por primera vez desde España para señalar precisamente al partido de Mónica García, que «cerró la investigación» en 2023, un hecho en el que justificó su confianza en Errejón, a quien la gallega aupó dentro del partido hasta nombrarle portavoz, en una personalísima decisión.
Sánchez da oxígeno a Díaz
Mientras la izquierda del PSOE se canibaliza, el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, ha tratado de mantener cohesionado este espacio y se ha esforzado en cerrar filas en torno a Yolanda Díaz y Mónica García, miembros del Gobierno, exhibiendo su confianza hacia ellas y defendiendo su gestión ante la crisis.
Pero más allá de eso, Sánchez hizo un llamamiento al entendimiento entre estas fuerzas, dando por hecho que volverán a compartir espacios de unidad. Desde India, el líder socialista trató de dar oxígeno a sus aliados de Gobierno ofreciéndoles tiempo para recomponerse y dándoles un nuevo horizonte, al asegurar que agotará la legislatura hasta 2027: «En ese año las izquierdas se habrán reorganizado, y se volverán a presentar y volveré a ganar», defendió el presidente.
Todos son conscientes de que cualquier posibilidad para revalidar el Gobierno progresista pasa por que Sumar aguante, pero lo cierto es que la situación es cada vez más límite, después de sufrir el estallido de la «bomba nuclear» del caso Errejón, tal como lo definió el secretario general del grupo parlamentario, Txema Guijarro, que este martes compareció en lugar del portavoz, ante las dificultades que está encontrando Sumar para encontrar a alguien que acepte el cargo.
El escándalo salpica a toda la izquierda, también al PSOE, y su onda expansiva es todavía difícil de prever. Este mismo martes, la segunda denuncia interpuesta contra Iñigo Errejón ante la Policía Nacional salpicaba de lleno a dos pesos pesados de los Comunes, la exalcaldesa Ada Colau y su exdiputado Xavi Domènech, a quien la denunciante, Aida Niza, acusaba de haber sido testigos de una presunta agresión sexual; un extremo que ambos han negado.