La efervescencia con la que Medina Azahara nació en 1979 sigue latente en 2024. Han pasado 45 años de aquel debut en estado de gracia que, posteriormente, por convicción pura, alcanzó la gloria con La esquina del viento. Sin embargo, a pesar del tiempo, la banda liderada por Manuel Martínez no ha dejado que la edad les reste ni un ápice de autenticidad. La música sigue siendo oxígeno para ellos, la materia sobre la que han cimentado su vida. La profesional, pero sobre todo la personal. Pues hay tanta honestidad en sus canciones que es imposible separar la una de la otra. “Nos encanta la muchedumbre que se reúne en los conciertos, nos llena de energía. Hemos pasado por muchas etapas hasta que, un día, de repente, la gente nos hizo suyos. Eso te engrandece”, dicen. De ahí que su adiós tenga cierto punto de orfandad. Para el público, sí. Y también para ellos.

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