Aún quedaba un rato para las nueve de la mañana, hora en la que empieza el pleno del Congreso cada miércoles, cuando muchos diputados enfilaban la Carrera de San Jerónimo con la cara desencajada. Algunos escuchaban la radio y otros iban revisando los mensajes del teléfono. Todavía no se había comunicado la cifra de más de 50 muertos por la devastadora dana que ha arrasado la provincia de Valencia, otras zonas de la Comunitat, y regiones limítrofes como Castilla-La Mancha. Los diputados valencianos en el hemiciclo iban dado cuenta a sus respectivos grupos. El pronóstico era muy malo: “Va a ir a peor. Van a ser muchos muertos más”.

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