La tragedia ocurrida en Valencia es la triste demostración de que el calentamiento global producido por los combustibles fósiles está intensificando los eventos meteorológicos extremos. Siempre ha habido tormentas de gran magnitud e incluso Danas (también llamadas gotas frías), pero la novedad es que, a partir de ahora, serán más violentas e impredecibles. Es lo que vienen alertando reiteradamente los informes científicos que dan a conocer los expertos climáticos.
El Mediterráneo es uno de los epicentros del cambio climático del planeta y, junto con el Ártico, es el lugar que más rápidamente se está calentando de todo el globo, un 20% más que la media mundial, según recordaba hace pocos días Emmi Lindqvist, portavoz de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en una convención celebrada en Castellón.
Además, este verano se han vuelto a batir récords de calor en la superficie de las aguas del Mediterráneo, que han llegado a los 30ºC de temperatura, algo propio de las regiones caribeñas, pero no de esta parte del mundo. Nunca hasta ahora se había entrado en una espiral como esta.
Cuanto más calentamiento del mar, más riesgo de Danas intensas
Y es precisamente el calentamiento de las aguas del mar lo que alimenta fenómenos extremos como la DANA que ha sufrido el levante español.
El catedrático de la Universidad de Alicante Jorge Olcina, uno de los principales expertos climáticos de España, ha recordado en varias ocasiones que los veranos extremadamente cálidos como el que acabamos de pasar son “el motor de las lluvias torrenciales”, motivo por el cual es de prever que, mientras persistan veranos tan calurosos como los de los últimos años, persistirá el riesgo de DANAs tan trágicas como la ahora vivida.
Los expertos llevan tiempo alertando de que las olas de calor son el motor de las Danas torrenciales
Los expertos recuerdan que no siempre que se produce una DANA tienen por qué producirse precipitaciones tan masivas y torrenciales como las actuales. De hecho, ya ha habido varias en los últimos tiempos sin estas consecuencias. Pero mientras más logre “alimentar” la temperatura del mar este tipo de fenómenos, más posibilidades hay de que tengan un carácter devastador.
El cambio climático, según los expertos, ha aumentado la frecuencia de las DANA. Como apuntaba el meteorólogo Daniel Santos recientemente en declaraciones a elDiario.es, bajo un escenario sin emisiones de gases de efecto invernadero, las DANA aparecen cinco veces en diez años, mientras que, con dichas emisiones, pueden aparecer ocho veces en diez años, a modo de ejemplo.
La meteoróloga de eltiempo.es Mar Gómez también lo confirma: «La causa de este aumento en la severidad de las DANAs está directamente relacionada con el cambio climático. Y aquí no tenemos dudas porque a medida que aumenta la temperatura del planeta, el aire es capaz de retener mayor vapor de agua lo que hace que las lluvias sean más intensas, asociadas a fenómenos como estos. El resultado son lluvias intensas en cortos periodos, que provocan inundaciones repentinas, daños en infraestructuras y ponen en riesgo tanto a las personas como a los ecosistemas».
El hecho de que España sea un lugar especialmente vulnerable ante situaciones de este tipo se explica en gran parte por la erosión que ha sufrido gran parte de su suelo (sobre todo en el sureste). La ausencia de vegetación y la desnudez del suelo hace que el agua no se retenga y se deslice fácilmente y a toda velocidad por la superficie. También la constante urbanización de zonas inundables constituye una práctica que pone en riesgo de la vida de las personas.
Los eventos extremos se adelantan 75 años respecto a lo previsto
La situación es preocupante de cara al futuro inmediato y a medio plazo, puesto que un informe dado a conocer por el Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC desvela que los efectos climáticos extremos en el Mediterráneo, que hasta ahora se preveían para final de siglo, se están adelantando en realidad en casi 75 años.
La erosión del suelo y la urbanización en zonas inundables intensifican los daños
El cambio climático, según dicho estudio, está intensificando estos fenómenos extremos y adelantando su aparición, que según las predicciones vigentes hasta ahora, debían empezar a ocurrir a finales del presente siglo, pero se podrán ver desde ahora mismo, con los consiguientes riesgos para la agricultura, el turismo y la seguridad pública.
Aunque pueda parecer contradictorio, las fortísimas tormentas derivadas de una DANA como la actual son hijas de las olas de calor que han asolado el Mediterráneo en los últimos meses. De hecho, según el citado informe, las olas de calor de los veranos de 2022 y 2023 registradas en el Mediterráneo occidental alcanzaron unas anomalías de temperatura como no se habían visto en más de un milenio.
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