El Consejo de Ministros de este martes ha aprobado el nombramiento de un nuevo embajador de España ante la República de Argentina, el actual representante diplomático de España en Colombia, Joaquín María de Arístegui. Se cierra así la crisis diplomática abierta el pasado mes de mayo, cuando Javier Mieli llamó «corrupta» a Begoña Gómez en un mitin de Vox, celebrado en Madrid.

Así lo ha podido confirmar este periódico en fuentes de Exteriores, durante la celebración de la reunión semanal del Gobierno, este martes presidida por María Jesús Montero, mientras Pedro Sánchez está de viaje oficial en la India.

Un portavoz del ministro, José Manuel Albares, no ha querido dar más detalles sobre qué ha cambiado en estos cinco meses para superarle enfrentamiento, casi personal, entre el presidente de la República Argentina y el del Gobierno español. 


Joaquín María de Aristegui Laborde, embajador en Colombia, nombrado ahora ante Argentina.

MAEC

Sin embargo, en el departamento de Albares sí se comentaba que no eran «comparables» las situaciones de México y España. A ese respecto, hay que recordar el desaire de la presidenta del país norteamericano, Claudia Sheinbaum, que vetó al Rey Felipe VI en su toma de posesión, hace un mes.

La reacción del Gobierno español fue, simplemente, de no enviar representante alguno a la ceremonia. Sin embargo, las críticas personales de Milei a la esposa de Sánchez merecieron un grado mucho más alto de respuesta, con la retirada de la embajadora, María Jesús Alonso

Las relaciones entre ambos países no son sólo históricas, emocionales y culturales. Se traducen en un intercambio económico de primer orden, razón por la que de inmediato, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, hubo de salir a «tranquilizar» a las empresas españolas con comerico o inversiones en Argentina. 

Todas esas circunstancias se traducen en el comunicado conjunto que han remitido los dos Ministerios de Exteriores tras la aprobación del nuevo nombramiento [consulte el comunicado en PDF].

«Somos pueblos hermanos, unidos por profundos lazos humanos y sociales», explica la nota. «Nuestra lengua y cultura comunes y los importantes intercambios económicos, comerciales y de inversión deben actuar siempre como guía en las relaciones entre nuestros dos países».

Ambos Ejecutivos admiten que, por tanto, «la relación entre nuestros gobiernos debe estar a la altura de la intensidad de los vínculos que unen a nuestros pueblos y sociedades».

Y por eso se habla constantemente en primera persona del plural: «Nos comprometemos a fortalecer nuestra relación para que alcance el máximo nivel de confianza y respeto mutuo en términos políticos e institucionales que nuestros pueblos merecen».

Motivos de fondo

Más allá de las ideologías enfrentadas de sus gobernantes y de las provocaciones de Milei, para España era clave arreglar esta situación. No sólo en términos internos, dada la presencia de cientos de miles de argentinos en España y los intereses cruzados con aquel país. Sino también y, principalmente, por cuestiones de política exterior.

España y Argentina son socios prioritarios, «tanto a nivel bilateral como en el seno de nuestros respectivos bloques regionales, la Unión Europea y el Mercosur». Y nuestro país debilitaba su posición negociadora en Bruselas si no contaba con una posición conjunta entre Madrid y Buenos Aires, trabajando juntos para incrementar los intercambios comerciales entre los dos bloques. 

Es decir, «para lograr una rápida y efectiva conclusión del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Mercosur«, como reconoce la nota pública de Exteriores.

Además, España está embarcada en la organización de la Cumbre Iberoamericana, en 2026. El apoyo y la participación de Argentina, cada vez con mayor peso en el cono sur americano, es clave para el éxito de ese evento, cuyo foro está Albares tratando de revigorizar.

«Como miembros de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, debemos seguir fortaleciendo la organización como un espacio de progreso, solidaridad y consenso en beneficio de los pueblos de Iberoamérica», asume la nota.

El último párrafo del comunicado podría parecer una asunción final de culpa por parte de los dos Gobiernos, por los efectos que estos cinco meses de tensiones, aunque Argentina nunca retiró a su embajador en España, hayan tenido en os dos pueblos: «Nos comprometemos a buscar siempre puntos de conexión en la consecución de nuestro objetivo común, que es el bienestar de nuestros ciudadanos«.

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