Rodri Hernández (Madrid, 1996) es el ganador de un Balón de Oro que resonará fuerte durante muchos años. Primero porque es el segundo futbolista español masculino en lograrlo, tras el primero que se llevó Luis Suárez en 1960 y que ha pasado demasiado tiempo siendo el único. Pero sobre todo por lo sucedido a lo largo de toda la jornada y que deja un claro perdedor: Vinicius Jr. El brasileño, segundo en la votación cuando parecía el vencedor cantado, se plantó y no viajó a la gala. Del Real Madrid, en el Théâtre du Châtelet de París, no hubo representación.
«Quería dar las gracias a la persona más importante que tengo, mi novia, justo hoy hacemos ocho años y sin ti este camino no hubiera sido el mismo. A mi familia, por supuesto, por todos los valores que me ha dado, por lo que me ha ayudado desde el principio y a dar los pasos correctos, a ser un hombre que juega al fútbol por amor, también a mi agente Pablo», comenzó diciendo el español.
Rodrigo siguió con su capítulo de agradecimientos: «A la Selección, a Luis por confiar desde hace de tanto tiempo. Me quiero acordar de Carvajal, que ha sufrido la misma lesión que yo y merecería estar aquí. Y a uno que estará aquí dentro de no mucho, a Lamine Yamal. Hoy no es una victoria mía, es del fútbol español, tantos jugadores que no lo han ganado y lo han merecido como Iniesta, Xavi, Iker, Busi…».
«Jamás pensé que todo esto podría llegar. Recuerdo que un día dije ‘basta’, cuando llamé a mi padre, parecía que el sueño se desvanecía, y recuerdo que él me dijo que íbamos a apretar hasta el final y eso cambió mi mentalidad hasta hoy. Esto habla de un chico normal que trata de hacer las cosas bien y no se fija tanto en los estereotipos», aseveró Rodri en su discurso.
¿Por qué Rodri gana el Balón de Oro? El centrocampista español, que en septiembre sufrió una grave rotura del cruzado, se lo lleva, principalmente, por la conquista de la cuarta Eurocopa para el país. Él fue el líder del equipo de Luis de la Fuente. También porque sumó en su palmarés con Guardiola una Premier League más, el Mundial de Clubes y la Supercopa de Europa. En lo individual, eso sí, se podría decir que lució menos que el curso anterior, en el que además ganó la Champions League.
Rodri se lo merece, pero el debate que ensombrecerá por siempre este galardón está en si más o menos que Vinicius. O que Dani Carvajal, que fue vital en las dos competiciones que más peso debían tener en este Balón de Oro, ganando ambas: Champions y Eurocopa. El lateral ni se sube al podio, siendo tercero otro madridista, Bellingham. Prevaleció la figura del jugador del City para una mayoría entre los 100 periodistas de los 100 primeros países del ranking FIFA que participaron en la votación.
Fiesta del fútbol español
Rodri se une a un club muy selecto de españoles que ganaron el Balón de Oro. La leyenda gallega del Barça, que falleció en 2023, Luis Suárez, fue el primero en lograrlo, y por el camino se quedaron varios nombres históricos. Los que más cerca estuvieron fueron Raúl, segundo tras Michael Owen en la edición de 2001, y Andrés Iniesta Iniesta y Xavi Hernández, que en 2010 completaron el podio junto a su compañero en Can Barça, Leo Messi. Iker Casillas o Sergio Ramos fueron otros que algún día soñaron con el premio dorado y no llegaron a agarrarlo.
La sequía del fútbol español se cortó con los dos Balones de Oro de Alexia Putellas, 2021 y 2022, y el doblete también seguido de Aitana Bonmatí, tras conquistar el de 2023 y ahora el de este año. Son las grandes dominadoras de un galardón que, en su versión femenina, sólo se entrega desde 2018. Rodri se convierte en el segundo futbolista masculino español —el cuarto en total, por tanto— que toca la cima del fútbol mundial a nivel individual.
La gala de este lunes en París se convirtió en la fiesta del fútbol español. A los dos Balones de Oro se unió el premio para Lamine Yamal, Trofeo Kopa a mejor futbolista joven. Incluso Jenni Hermoso levantó el Premio Sócrates por el #SeAcabó junto a sus compañeras de selección.
El Balón de Oro que entrega France Football desde 1956 ha estado este año coorganizado por primera vez por UEFA y el Groupe Amaury —la cadena de medios privada francesa que engloba también a la prestigiosa revista—.
Vinicius se veía ganador
Fue la jornada del Balón de Oro más descontrolada que se recuerda en años. Hacía tiempo que la organización no se reservaba el nombre del vencedor hasta el final. Era un secreto que sólo conocían las principales cabezas de la revista. De puertas para fuera, eso sí, todo el mundo contaba ya con que lo iba a ganar Vinicius. El brasileño lo había hecho casi todo. La final de Champions ante el Borussia Dortmund, en la que marcó como en la de 2022, puso la guinda a su temporada. Hizo 28 goles y dio 13 asistencias entre las tres competiciones que ganó el Madrid, contando Supercopa de España y Liga.
Lo daba por hecho Vinicius, su entorno y hasta el Real Madrid. «Será una semana grande», decían los que trabajan más cerca de él hace unos días. Todavía no había una comunicación oficial de France Football, pero sí que era vox populi. 50 personas se iban a desplazar desde Madrid hacia París, incluidos Florentino Pérez, Bellingham y Ancelotti, quien se llevó el premio a mejor entrenador y aún así no acudió por lo que considera el club una falta de respeto. A primera hora de la tarde, con los primeros mensajes que descartaban el premio de Vinicius, se canceló todo abruptamente.
El enfado es sideral en el Real Madrid, que también ganó el premio a mejor equipo de la temporada. Está dispuesto a romper con todo en su relación con un premio que en épocas pasadas tuvo una simbiosis gloriosa con el club. En la ruptura aparece la sombra de la UEFA de Aleksander Ceferin, coorganizando la gala del Balón de Oro por primera vez. En Valdebebas no se cree mucho en las casualidades y lo ocurrido con Vinicius —y Carvajal—, ante la irrupción del ente que está enfrentado al club por la creación de la Superliga, podría no serlo.
Sea como fuere, del Balón de Oro de Rodri no se habla tanto como de la polémica que afecta a Vinicius. Otra vez el galardón empañado por los criterios de las votaciones, como el año pasado cuando lo ganó Messi, ya en Miami, por delante de Haaland y el centrocampista español. La eterna discusión de unos premios en los que cada vez cree menos gente.