España se ha lanzado a una expansión masiva de nuevas plantas renovables en los últimos años y el despliegue tendrá que ser aún mayor en los próximos para cumplir los objetivos verdes hasta final de la década. Las compañías energéticas vienen alertando de los problemas y retrasos para conseguir todas las autorizaciones administrativas necesarias para poder poner en marcha las nuevas instalaciones. Las quejas de todo el sector contra la gestión del complejo permitting en el mercado española se dirigen a que dura mucho más a gestión administrativa de las plantas que la propia construcción.
Las propias compañías, no obstante, reconocen que las Administraciones españolas -aunque con dilaciones y episodios de claros cuellos de botella- están consiguiendo gestionar un auténtico aluvión de proyectos renovables y que se está avanzando para dar salida al gran volumen de peticiones acumuladas. Y los registros muestran que las administraciones central y autonómicas están acelerando la tramitación de plantas eólicas y fotovoltaicas.
Gobierno y comunidades autónomas han conseguido tramitar sólo en el último año 1.281 permisos de diferentes tipos para proyectos que conjuntamente suman una potencia de más de 50.400 megavatios (MW), según el último informe elaborado por la plataforma Alter5, especializada en facilitar acceso a la financiación a los promotores de instalaciones energéticas. Una avalancha de nuevos proyectos eólicos y fotovoltaicos gestionados por las Administraciones que conlleva la movilización de inversiones de entre 38.000 y 40.000 millones de euros.
Los más de 50.400 MW de plantas renovables tramitados y que se contabilizan en el informe incluyen todo tipo de permisos, desde declaraciones de impacto ambiental (DIA) a autorizaciones administrativas previas y de construcción y también declaraciones de utilidad pública, tanto las gestionadas por el Gobierno central (para las instalaciones con una potencia de más de 50 MW) como por las diferentes comunidades autónomas (para plantas con una potencia inferior a esa cota). Se trata de permisos que se han publicado tanto en el Boletín Oficial del Estado (BOE) como en los diferentes boletines regionales durante este tiempo.
La gran carrera renovable
El Ministerio para la Transición Ecológica, aún comandado por la vicepresidenta Teresa Ribera a la espera de su marcha a Bruselas como nueva comisaria de la Comisión Europea, ha tramitado en los últimos doce meses proyectos verdes con una potencia conjunta de más de 32.200 MW, mientras que las CCAA acumularon permisos para proyectos para casi 18.200 MW más. Una inmensa mayoría de los permisos tramitados corresponden a plantas eólicas y fotovoltaicas que obtuvieron el derecho a conectarse a la red eléctrica bajo la regulación de julio 2018 y que están obligadas a ir cumpliendo hitos temporales para no perder el codiciado permiso a enchufarse.
El Gobierno y las comunidades autónomas dieron el pasado julio la autorización de construcción a en torno a 45.000 MW de nuevas plantas renovables (con aproximadamente un 80% de potencia solar y un 20% de eólica) y que tienen que estar operativos como máximo a mediados de 2028, tras la prórroga de tres años de los plazos máximos aprobada por el Ejecutivo central.
No obstante, el aplazamiento de tres años se aprobó a través del real decreto ómnibus del pasado diciembre y su actual tramitación como proyecto de ley está encallada en el Congreso de los Diputados, lo que genera otra incertidumbre extra al sector y también puede entorpecer la obtención de financiación para algunos de los proyectos. Si las plantas no están a tiempo, los proyectos perderían tras años de trámites los codiciadísimos puntos de conexión a la red eléctrica ya obtenidos.
Cumplir los objetivos de 2030
El sector energético da por hecho, en cualquier caso, que no todos los proyectos tramitados en el último año acabarán por concretarse y algunos quedarán por el camino, pero el aluvión gestionado ya por las Administraciones sirve para encarrilar los objetivos verdes marcados por el Gobierno para esta década.
El Gobierno acaba de aprobar el nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), la actualización de la hoja de ruta para descarbonizar la economía e impulsar las energías limpias durante esta década. Un megaplán verde que eleva los objetivos actuales de despliegue de renovables hasta el 81% de toda la generación eléctrica en 2030.
Los objetivos marcados por el Ejecutivo pasa por llegar al final de la década con 76.000 MW de energía fotovoltaica, de los que 19.000 MW serán de autoconsumo, lo que requerirá un despliegue acelerado de nuevas instalaciones desde los 29.500 MW de plantas solares actuales y los en torno a 7.000 MW de autoproducción ya en marcha en viviendas y empresas. Y el plan contempla alcanzar los 62.000 MW de eólica en 2030, frente a los 31.600 MW operativos en la actualidad.