El presidente del Gobierno ha cerrado su viaje oficial a la India con una rueda de prensa en la que sólo se ha hablado de política nacional. Pedro Sánchez ha puesto empeño en hablar del «relanzamiento» de las relaciones bilaterales «tras 18 años sin la visita de un presidente español» a aquel país de «las enormes oportunidades» de comercio e inversiones en la quinta economía del mundo.
Pero el estallido del caso Errejón y las dos nuevas imputaciones de delitos a su esposa -que lo acompañaba en el viaje- lo han imposibilitado.
En todo caso, después de 10 preguntas casi monotemáticas, Sánchez ha logrado colocar un titular que retendía cambiar la carga de la prueba, ya que se estaba hablando en términos judiciales: «Seguiremos gobernando, como es nuestra obligación, para transformar España. Lo haremos hasta 2027, en ese año las izquierdas se habrán reorganizado y se volverán a presentar, y volveré a ganar… a Feijóo o a otro líder o lideresa que presenten«.
Esta afirmación venía a cuento de una penúltima pregunta, en la que se le inquiría por cuál sería la frase que le diría a sus votantes, abrumados por los casos de corrupción, el hundimiento de Sumar y el retraso de los Presupuestos en el Congreso.
Para Sánchez, «es indiscutible que España está viviendo uno de los mejores momentos en los últimos 20 años», porque la economía crece «cuatro veces más que la media de la zona euro», se crea empleo «como nunca» y hay «paz social».
El presidente se compromete «a gobernar» y reclama a periodistas y votantes que «levanten la mirada» sobre los avatares que lo cercan, ya sea en los titulares de prensa, en los tribunales o en las Cortes: «Llevamos seis años de una transformación extraordinaria de España, estamos reindustrializando el país, abordamos la inmigración de un modo distinto a otros países, defendemos causas sociales como el feminismo y bordamos de manera singular la paz en Oriente Próximo y en Ucrania… hay motivos para sentirse orgulloso«.
Pero concretamente, sobre la última «semana difícil», según los periodistas, dentro de un octubre negro, el líder socialista no ha cambiado el guion.
Las dos nuevas imputaciones de su esposa, por presuntos delitos de apropiación indebida e intrusismo, Sánchez le han dejado igual, no le ha cambiado el gesto: «De donde no hay nada, nada se puede sacar», ha afirmado. «Son las mismas asociaciones ultraderechistas las que han presentado todas y cada una de las querellas a mi mujer, así que tendrán el mismo recorrido».
Sólo en sus palabras se ha podido atisbar algo de nerviosismo. Y es que ha dicho, con tono hastiado que «llevamos casi un año con lo mismo»… cuando, en realidad, el caso Begoña cumple ahora sólo seis meses. Pues fue a finales de abril cuando él se tomó los famosos cinco días de reflexión, al conocer la primera imputación de su esposa.
En todo caso, sí añadió que «la acusan falazmente». Y que, por tanto, él mantiene su «confianza en la Justicia, en el Estado de derecho y en que el tiempo ponga las cosas en su sitio».
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