La suspensión decidida este martes por el Ministerio del Interior anulando una compra de 8,2 millones de balas para la Guardia Civil a la firma israelí Guardian ha sido el gesto más visible de rechazo del Gobierno de España al de Israel por las catástrofes humanitarias de Gaza y el Líbano, consecuencia de las ofensivas de Tel Aviv en varios frentes de Oriente Próximo. Pero no es el único gesto. Importantes licencias de aprovisionamiento y nueva adquisición de material bélico de España con Israel acaban de cumplir un año de suspensión, confirman fuentes del Ministerio de Defensa.
«No se ha vendido ni adquirido armamento al Estado de Israel desde el 7 de octubre de 2023», dicen esas fuentes. Cuando este diario les pregunta si la suspensión es solo con empresas estatales y no con firmas privadas, reafirman: «Si no hay relaciones comerciales, no las hay de ningún tipo».
Y eso comprende también las exportaciones de la industria española de Defensa. España no le vende armas a Israel, pero sí era un país suministrador de repuestos. Las llamadas «licencias temporales de exportación» están «en este momento paralizadas».
El Gobierno de España no ha emitido ninguna proscripción, ni embargo comercial ni sanción unilateral alguna, pero, aun no estando negro sobre blanco, la suspensión se lleva a cabo, y alcanzará a otras empresas de capital israelí actualmente licitando con las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado, según han confirmado este martes fuentes de Interior.
Esta decisión no solo afecta a la munición de las pistolas de casi 90.000 guardias civiles y casi tantos policías nacionales. Ahí Interior lo tiene más sencillo, recurriendo a la munición que la firma noruega Nammo fabrica en Palencia, o la que en Álava monta la factoría de Lejarazu. En Defensa es más complejo: el bloqueo ha terminado alcanzando al sistema de guía láser para los disparos de los cazas Eurofighter, renovaciones de redes de comunicaciones y visión nocturna para despliegues de tropas como el de Eslovaquia, la punta de lanza de la defensa contra carro del Ejército, el proyecto para dotar de una artillería de campaña real a las Fuerzas Armadas…
Cuatro programas
“Desde el 7 de octubre no se han hecho más compras… salvo las que estaban en marcha”, insistió la ministra Margarita Robles en mayo pasado a los diputados y senadores de la Comisión Mixta de Seguridad Nacional, en la última ocasión en que ese foro parlamentario se reunía con asistencia de un miembro del Ejecutivo. Repetía la titular de Defensa una aseveración que también hizo a EL PERIÓDICO, y en otros foros donde le han preguntado por el espinoso tema de los negocios de armamento entre España e Israel.
Desde el inicio de la guerra de Gaza, el Gobierno mantiene suspendidas las autorizaciones de venta desde España de material militar para Israel y, de hecho, Tel Aviv no ha hecho más compras desde entonces. Diversas adquisiciones de armamento a Israel por parte de España estaban en plena ejecución en el momento de estallar la guerra. Según portavoces de Defensa, la suspensión también les alcanza ahora.
Paulatinamente se ha ido endureciendo la postura de Moncloa, según crecían las proporciones de la matanza en Gaza y el ejecutivo español se lanzaba a reconocer al estado palestino, y cuatro programas de modernización y aprovisionamiento de primera magnitud se ven congelados..
Tres de esos programas responden al rearme del Ejército de Tierra y uno a la mejora de capacidades de Ejército del Aire y del Espacio. Consisten en la adquisición de misiles anticarro y antibúnker, lanzacohetes de largo alcance, radios de combate y guías láser para cazas.
Cohetes a 300 km
El 8 de marzo de 2023 no se preveía el dramático giro de acontecimientos en el Mediterráneo oriental cuando, en la factoría de la firma Escribano en Córdoba, el Mando de Apoyo Logístico organizó un seminario de funcionarios y ejecutivos vinculados al Sistema de Lanzacohetes de Alta Movilidad. En el ámbito militar lo llaman SILAM. Se trata de un complejo de lanzaderas y misiles similar a los HIMARS con que Estados Unidos capacitó a Ucrania. El SILAM es la asignatura pendiente del Ejército de Tierra. El arma de Artillería lleva más de diez años careciendo de una artillería de campaña moderna capaz para alcanzar objetivos rusos a larga distancia
Entre tanto, el Regimiento de Artillería Lanzacohetes de Campaña 63 de Astorga conserva 12 sistemas de lanzamiento Teruel, obsoletos desde hace diez años. Son el principal elemento de la artillería de campaña española actualmente. Tras 15 años de recortes presupuestarios, el Ejército tiene en la práctica “un regimiento lanzacohetes sin lanzacohetes”, resume, y lamenta, una fuente militar experta en armamento.
Todo el sistema SILAM, con camiones Yveco y tubos de Rheinmetall, tiene su pieza clave en un producto israelí, el lanzador PULS, (Precise and Universal Launching System), de la empresa israelí Elbit Systems, que permite alcanzar con cohetes líneas de aprovisionamiento, trincheras, depósitos de munición o centros de mando a entre 30 y 300 kilómetros.
El 15 de diciembre de 2023 hizo pública la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) de Defensa la adjudicación del “Contrato de Suministro del SILAM” con un importe: 576,4 millones de euros.
Misil anticarro
La congelación afecta también a la punta de lanza de la defensa española contra carro: los misiles Spike, un arma con cámaras que permiten su guiado hasta el objetivo, incluso abortar si la selección del blanco es un error. La versión LR2 de estos cohetes, que puede lanzar un solo soldado y que España ha desplegado en los vehículos de los paracaidistas enviados al servicio de la OTAN en Eslovaquia, alcanza objetivos a 5,5 kilómetros y, dependiendo de la «flecha», pueden atravesar muros de hormigón armado, además del blindaje superior de todos los carros de combate en activo en el mundo.
La compra de 1.680 de estos misiles de precisión Spike está en marcha desde febrero de 2022. También, desde el 24 de octubre de 2023, la adquisición de 168 sistemas de disparo del modelo LR2, por 237,5 millones de euros.
El adjudicatario es PAP Tecnos Innovación, una firma española -es habitual el intento de Defensa de que lo que compra implique desarrollo industrial en España- que participa con Escribano, Expal, FMGranada y Tecnobit en este programa… pero el Spike es israelí, y la empresa creadora y comercializadora es Rafael, uno de los emporios armamentísticos más importantes del mundo, que dirige el excoronel de la marina israelí Yoav Turgeman.
Guía láser para los cazas
El 17 de marzo del año pasado anunció el Estado otra compra de importancia a una firma israelí de armamento. Por 207,1 millones de euros, y también a Rafael Advanced Defence Systems, el suministro de desginadores POD para los cazas Eurofighter del Ala 11 y el Ala 14 (Morón y Albacete) del Ejército del Aire y del Espacio.
Las guías láser como el POD conducen sin error hasta el objetivo a misiles y bombas de precisión. La compra se formalizó con la campaña israelí sobre Gaza en plena conversión en matanza, pero se aprobó antes del comienzo de la guerra de Israel contra Hamás, el 12 de septiembre.
Entonces el Gobierno quería lograr “una adecuada capacidad de enfrentamiento” de los cazas españoles, pues “el empleo de munición de precisión guiada por láser e incluso por GPS requiere que los objetivos estén iluminados por estos POD”, según la referencia del Consejo de Ministros que se celebró ese día.
Esta licitación millonaria se hizo por el procedimiento negociado sin publicidad, fórmula de otros importantes contratos de Defensa, como el SILAM.
Radio de combate
Un cuarto programa estratégico de modernización del Ejército, ahora sumido en un nuevo retraso, tiene tecnología israelí por medio. El VCR (o vehículo de Combate sobre Ruedas) Dragón 8X8, que ha de sustituir a los veteranos BMR, los VEC y VAMTAC del Ejército, depende de Elbit Systems, la misma firma israelí del programa SILAM, y en cuya factoría del polígono tecnológico de Haifa ha creado dos elementos claves para vehículo de combate español.
El primero es un alertador láser, que alerta a los tripulantes del Dragón si alguien les está apuntando. El otro, llamado E-Lynx, una de las radios de combate más vendidas en el mercado occidental de defensa, blinda las comunicaciones de estos vehículos en el campo de batalla.
En el Dragón, la firma israelí está aliada con las españolas Aicox y Telefónica. En otros contratos, Elbit licita en solitario. Entre ellos, el mantenimiento de los morteros Cardom, que portan los vehículos para infantería VAMTAC que España desplegó en Irak y ahora dota a los paracaidistas enviados a Lest, no lejos de la frontera eslovaca con Ucrania.