La política italiana amaneció sacudida este lunes por las secuelas de un masivo caso de ciberespionaje de grandes bancos de datos del Estado con documentos confidenciales. Los responsables ya identificados del hackeo, actualmente bajo la lupa de una investigación en curso de la Fiscalía de Milán, serían policías, agentes de los servicios secretos, hackers y empresarios que habrían accedido a informaciones sensibles y secretas, también de figuras políticas, con el objetivo de revenderla a clientes. Seis de ellos ya han recibido órdenes de custodia cautelar, aunque muchos detalles del escándalo aún se desconocen públicamente, entre ellos si los archivos violados fueron vendidos en el extranjero.

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