Cuando hay algún ganador en El Rosco, el perdedor se tiene que jugar su participación en el siguiente programa. La Silla Azul es la prueba con la que arranca Pasapalabra. El concursante se enfrenta a un aspirante con ganas de ocupar su lugar en el equipo azul del programa y luchar por el bote.

Estos siempre son momentos llenos de tensión. Se permite un error, pero el segundo certifica si el concursante sigue en Pasapalabra o si se vuelve a casa, teniendo una nueva cara en el programa. Con muchos Roscos a sus espaldas, Nacho y Manu no se salvan de tener que enfrentarse a la Silla Azul, una prueba que siempre es incómoda, y en la que varias veces han estado al borde del abismo.

Por ejemplo, Manu ha confesado que en uno de los últimos programas se ha enfrentado a la peor Silla Azul que ha tenido. No tuvo ningún fallo pero Iván, el aspirante, le puso las cosas muy difíciles para seguir en el programa.

Tanto el madrileño como Nacho han tenido algunos sustos en esta prueba eliminatoria que nos han hecho contener la respiración. ¡Los repasamos!

Los dos sustos de Nacho

En este duelo tan intenso que estamos teniendo entre Manu y Nacho, es difícil ver al extremeño en la Silla Azul. Nacho ha tenido que sortear esta prueba en varias ocasiones, algunas de ellas bastante tranquilo, pero en otras ha cometido un fallo que han supuesto un susto de época.

Comenzar fallando en la Silla Azul debe ser horrible. Toda la presión cae sobre los hombros, y solo queda responder de manera certera y esperar los dos fallos de los aspirantes. Eso le ha pasado a Nacho en dos ocasiones: en una, la acción de “dudar” le provocó un disgusto que casi le elimina de Pasapalabra, y otra duda religiosa le dejó en la cuerda floja.

Manu, cuatro veces en la cuerda floja

En el caso de Manu, sí es verdad que le hemos visto más a menudo en la Silla Azul, pero el madrileño se mantiene firme e impasible, superando la prueba con estricta facilidad. Pero hay días en los que las cosas no salen como uno planea, y Manu ha sufrido cuatro veces un traspié que puso en duda su presencia en Pasapalabra.

Septiembre fue un mes complicado para Manu, jugando al límite en una Silla Azul en la que ha estado al borde del precipicio hasta en tres ocasiones, todas ellas de auténtico infarto, en el que el madrileño estaba a un error de despedirse del programa, pero con tesón y templanza pudo superar todas las adversidades.

La cuarta Silla Azul que nos puso en alerta roja fue en agosto, frente a una aspirante que mostró un nivel muy alto, pero Manu supo aguantar bien la presión hasta esperar los dos fallos de su rival.

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