Al llegar a casa, Kazim ha volcado toda su ira sobre Suna y, completamente fuera de sí, la ha tirado al suelo. “¡Te voy a dar una paliza por hablar con un hombre que no conoces!”, ha gritado, refiriéndose a Yusuf.
Llorando sin consuelo, Suna, muy asustada, ha intentado explicarle a su padre la situación, pero ha sentido mucho miedo.
En ese momento, ante las atónitas miradas de Esme y la tía Hattuc, que se han quedado paralizadas por la escena, Kazim ha recibido la llamada deFerit, su yerno.
El marido de Seyran, al darse cuenta de la angustia que siente su esposa, ha tomado las riendas de la situación, decidido a poner fin a las injusticias y maltratos de Kazim. «¿Cuándo volverás a Antep?», le ha preguntado sin rodeos, dejando claro que su presencia es molesta y que ya ha llegado a su límite. «Cada vez que mi esposa te ve se asusta, y ahora tiene miedo por su hermana», le ha respondido.
Kazim, sintiéndose acorralado, se ha defendido alegando que él es el padre de Suna y Seyran y que sus hijas deben respetarle y temerle. Sin embargo, Ferit le ha preguntado si ha pasado algo malo y, como era de esperar, Kazim ha mentido, ocultando lo que ha pasado con Yusuf.
Al colgar la llamada, Ferit le ha asegurado a Seyran que su padre no le hará nada a Suna. Las palabras de su esposo han aliviado sus miedos y, en un impulso, se ha lanzado a sus brazos.
El abrazo ha sido intenso y sincero, como si el mundo a su alrededor se desvaneciera por un instante. Mientras lo abrazaba, Seyran ha sentido que, por primera vez en mucho tiempo, tenía a alguien en quien apoyarse.