Apoyo prácticamente sin fisuras. Con un 90,18% de los votos, Carles Puigdemont vuelve a ser desde este domingo el presidente de Junts per Catalunya. A pesar de que nunca ha dejado de ser el líder ‘de facto’ del espacio, como se ha demostrado también en esta votación, Puigdemont recupera ahora los mandos del partido a todos los efectos y lo hace con una ejecutiva muy renovada -la mitad de sus miembros son nuevos- y acompañándose de su núcleo de confianza.
La elección se ha hecho con listas cerradas y bloqueadas para evitar los votos de castigo, después de que la dirección consiguiera imponer su criterio durante el debate congresual y tumbar las enmiendas de los críticos. No se ha querido repetir la experiencia de hace dos años, cuando, en el congreso de Argelers (Francia), algunos de los próximos a Laura Borràs, como David Torrents o Aurora Madaula, recibieron un correctivo de la militancia. Desde la dirección lo justifican asegurando que las listas cerradas dan «más cohesión y coherencia» porque las «candidaturas son equipos».
Además de Puigdemont, la nueva dirección está comandada también por Jordi Turull como secretario general, que repite en el cargo. En las vicepresidencias sí hay más renovación. Solo sigue en el cargo Josep Rius, exjefe de gabinete de Puigdemont. Las otras sillas las ocupan Antoni Castellà, Míriam Nogueras y Mònica Sales. Como secretaria de organización se estrena Judith Toronjo, mientras que David Saldoni seguirá como adjunto a Turull y comandando toda la parte de política municipal. La ejecutiva se completa con 25 vocales, cuyos nombres son un reflejo de las diferentes corrientes y los equilibrios de fuerzas del partido.
El congreso también ha votado el resto de miembros de los órganos del partido, entre los que destaca Pilar Calvo, que será la nueva presidenta del consejo nacional y que ha recibido un 89,69% de apoyos de los militantes.
Por otra parte, el congreso de Junts también ha aprobado, prácticamente por unanimidad -con un 99% de los votos-, la nueva hoja de ruta del partido. El documento afianza la nueva estrategia de negociación con el PSOE, aunque sin renunciar a la unilateralidad, y define la nueva posición de Junts en cuestiones como el fenómeno migratorio, la seguridad, la problemática de la vivienda o la política fiscal. El texto, por ejemplo, propone que el catalán sea un requisito para «renovar los permisos de residencia y trabajo» y habla de una «reducción justa» de los impuestos de sucesiones o patrimonio.