La marcha de la dirección deportiva, un robo sin ladrón ni denuncia, la aventura del viaje a La Coruña y un punto de 15 posibles. Un mes con infinitos impedimentos fuera del verde que han influido al rendimiento sobre él, dejando la imagen de Ponz más en entredicho que nunca.
En el olvido queda ese equipo intenso, vertical y hambriento que arrolló a Tenerife, Almería y Cádiz. Que, pese a no ganar, fue superior a Cartagena y Oviedo, y dio la cara en escenarios como El Molinón o el Ciutat de Valencia.
De aquello queda poco, por no decir nada, y el Eldense da la sensación de haber perdido la identidad. Y todo ello, en menos de 30 días.
Los de Ponz son el equipo con mayor distancia media en el pase de toda la Segunda División. 40 metros de promedio en cada combinación, que contrastan con el porcentaje de acierto en dichas acciones.
Sin embargo, son antepenúltimos a la hora de sacarles rendimiento. Un 46% de éxito en pases largos (aquellos que son superiores a los 27 metros). Lo anterior, sumado a las múltiples pérdidas al tratar de salir en corto, una idea que ya ha costado al menos seis goles en contra ya sea de manera directa o indirecta, dejan por resultado una pregunta en el aire. ¿A qué juega el CD Eldense?
Imposible dar un diagnóstico claro del partido de ayer en Córdoba. Una alineación diseñada para proponer a partir del balón. Con Bernal, Sergio Ortuño y Chico Geraldes en el campo. La realidad, otra bien distinta.
El Córdoba celebra el primera tanto en su victoria frente al Eldense. / LOF / Fran Pérez
El equipo se limitó durante los primeros 45 minutos a jugar en largo sobre Quintana, que lucha, choca y corre como el que más, pero generalmente está solo. En ocasiones como ayer, demasiado. Cinco veces ha sido titular el mediapunta azulgrana lejos del Nuevo Pepico Amat. Únicamente en Riazor, fue con un segundo punta que le acompañara en la batalla. Y así es imposible.
Sin capacidad de respuesta
En Ipurua o frente al Castellón, el equipo reaccionó. Tarde y sin acierto, pero lo hizo y generó peligro sobre la meta rival. Lo verdaderamente preocupante del pasado sábado es que ese empujón final no llegó. Una ocasión de Juanto y otra de Timor al arranque de la segunda parte. A partir de ahí, la nada más absoluta.
Por delante, una semana de Copa del Rey en la que el Deportivo se medirá al Atlético Paso de Lluís Planagumà. Un momento ideal para resarcirse, definir su estilo, recuperar sensaciones y afrontar el duelo con el Huesca con un único objetivo: ganar para evitar males mayores.