El edificio más alto de Córdoba es el campanario de la Catedral, que alcanza los 54 metros. ¿Cómo sería una torre de 70 metros en pleno centro? Sin duda, se convertiría en un impresionante mirador desde el que ver la Mezquita-Catedral y todo el Casco Histórico. Ahora solo tiene cabida en la imaginación, pero hace unos años estuvo cerca de ser una realidad. Esta es la historia del que pudo ser el edificio más alto de la capital.
Con sus 49 metros de altura, la Torre del Agua es la segunda construcción de mayor altura. Nada comparado con los casi 70 metros que pudo tener el proyecto de un hotel de 20 plantas que iba a ubicarse en el Paseo de la Victoria. La millonaria inversión y el entusiasmo del arquitecto, sin embargo, se toparon con la polémica promovida por una plataforma ciudadana.
El proyecto y la polémica
Hay que remontarse a 2005 y 2006. Durante esos dos años, este proyecto dio mucho que hablar en la ciudad. Bajo el nombre de Ojo del Califa, Prasa intentó edificar un nuevo hotel en el antiguo Meliá. El proyecto fue encargado al arquitecto Carlos Ferrater, quien ahondando en la historia de la ciudad y teniendo en cuenta el entorno, planteó un modelo inspirado en el pasado islámico de Córdoba. A su parecer, la idea mantenía la armonía con el resto de la capital y no competía con ningún otro elemento.
Vista de la torre campanario y del Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral de Córdoba. / EUROPA PRESS
A algunos cordobeses, entre ellos el exalcalde Herminio Trigo, no les pareció así. La oposición al proyecto fue creciendo hasta que la promotora renunció. El principal argumento era que rompía el skyline de una ciudad que gira en torno a la Mezquita-Catedral. El arquitecto no terminó de entender toda la polémica y llegó a afirmar que Córdoba estaba «anclada en el pasado». Pero, ¿cuánto iba a medir realmente el hotel?
¿Cuánto iba a medir?
Las alturas que se dieron, por entonces, fueron variando. En un principio, la idea era levantar un edificio de 20 plantas. Toda una torre. Sin embargo, se plantearon bocetos con distintas alturas: 45, 57 o, incluso, 68 metros. El proyecto que presentó Ferrater en octubre de 2005 consistía en dos piezas arquitectónicas. Por un lado, un hotel de 45 metros y 13 pisos, transparente y con una fachada de madera. Al lado, habría un centro de negocios de menor tamaño.
El plan, además, tenía impacto en los alrededores de la construcción. Se pretendía crear un jardín arqueológico en la parte posterior, llenar el espacio de zonas verdes y construir un parking. Más tarde, se hablaría de que Prasa tenía intención de aumentar la altura. En diciembre de 2005, el Pleno municipal, con los votos a favor de IU y PP y la abstención del PSOE, aprobó un PGOU que permitía elevar las edificaciones hasta los 74 metros.
Maqueta de la Torre Prasa, durante la presentación hecha por el arquitecto Carlos Ferrater en octubre de 2005. / AJ González
Del pasado al presente
Dentro, el espacio se repartiría entre 170 habitaciones. La joya de la corona era un mirador desde el que contemplar toda la ciudad. El acabado exterior estaba inspirado en las celosías árabes, dándole el toque histórico del que habló Ferrater. El objetivo del proyecto era convertir aquella edificación en un lugar importante. Y la altura contaba. Pero, como más tarde explicó el arquitecto, si era demasiado alto «perdía relación con la ciudad».
Los contrarios al proyecto seguían insistiendo en que el hotel restaría protagonismo a la Catedral. Ferrater, por su parte, tras la renuncia de Prasa, contó en una entrevista a Diario CÓRDOBA que se llegaron a difundir simulaciones de hasta 200 metros que alimentaron la polémica. En octubre de 2006, la constructora se hizo con un terreno en Wroclaw (Polonia) donde proyectó un hotel muy similar al Ojo del Califa. En Córdoba, los cimientos del antiguo Melià vieron surgir el hotel Eurostars Palace. Los cordobeses no tardaron en ponerle sobrenombre: ‘El oxidao’.
