En medio de la controversia generada por las acusaciones de acoso y agresión sexual contra Íñigo Errejón, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha dirigido fuertes críticas al exdiputado y al partido Sumar por, en sus palabras, “encubrir” un comportamiento “intolerable”. Sin embargo, resulta un hecho enormemente hipócrita debido a que Vox continúa manteniendo en sus filas a Carlos Flores, un diputado con condena firme por violencia machista.

Errejón, quien tras airearse algunos de sus comportamientos dimitió de sus cargos poíticos, fue denunciado por la actriz Elisa Mouliaá, cuando presuntamente encerró a la actriz en una habitación en 2021 y la forzó sin su consentimiento. Las reacciones a la dimisión de Errejón han sido contundentes, especialmente desde Vox, donde Abascal ha acusado a Sumar de «querer enseñar educación sexual a nuestros hijos” mientras, según él, “encubren» a agresores dentro de sus filas. El líder de la ultraderecha no ha dudado en vincular las propuestas educativas de Sumar con lo que describe como una «agenda de hipocresía» en torno a la violencia de género.

Sin embargo, el mensaje de Abascal es una entera contradicción, dado que Vox mantiene como diputado a Carlos Flores, condenado en 2002 por un delito de violencia contra su exmujer, acompañado de múltiples episodios de coacciones, vejaciones e injurias. Según la sentencia, acosó a su expareja durante meses, incluso en presencia de sus hijos, llegando a proferir insultos y amenazas en repetidas ocasiones. Flores no solo acosaba verbalmente a su exesposa bajo el balcón de su vivienda y en la entrada del colegio de sus hijos, sino que también la intimidaba siguiendo a la familia por la calle y dirigiendo insultos al abuelo materno de los menores.


El relato de los hechos probados en el fallo judicial destaca el uso reiterado de amenazas y descalificaciones como “ladrona”, “puta” o “secuestradora de niños”, así como la afirmación de que la perseguiría “hasta la muerte”. La conducta de Flores generó un impacto profundo en la salud mental de su exmujer quien desarrolló ansiedad, insomnio y episodios de pánico que le llevaron a mudarse a Barcelona en busca de un entorno más seguro.

A pesar de la condena firme y de que Flores ha intentado minimizar los hechos, Vox no ha tomado medidas para apartar al diputado valenciano de sus funciones. Abascal, por el contrario, ha optado por centrar sus ataques en Sumar y en lo que califica como «hipocresía» de sus propuestas de educación sexual y perspectiva de género, sin abordar las graves acusaciones que pesan sobre uno de sus propios dirigentes.

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