Tenía mucho más que perder el Real Madrid en el primer ‘clásico’ de la temporada. Porque la inconsistencia del juego que arrastraba desde el comienzo de temporada no desapareció con la remontada ante el Borussia. Tampoco lo hará a corto plazo, porque el Barça dejó tumbado en el Bernabéu al equipo que mejor mandíbula tiene y que acabó desangrado. Flick invitó a Ancelotti a bailar en el centro del cuadrilátero, con la línea de presión tan alta como imaginó. El italiano acabó con los morros en la reja (0-4).

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