Sobre el caso de presunto acoso sexual del ya expolítico de Sumar Íñigo Errejónvivido también por una joven de Castellón durante la celebración del evento Tremendas Fest, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, prefirió no pronunciarse ayer en su visita a Castellón. «No conozco los detalles y no voy a hablar sobre algo de lo que no tengo información suficiente. En todo caso, creo que lo importante es que se denuncie», sostuvo la ministra, quien apuntó que «a veces son los entornos los que conocen lo ocurrido y los que pueden dar a las víctimas el apoyo para que se den esos pasos».
Según ha podido saber este periódico, cuando la joven en cuestión escribió en las redes sociales toda una serie una tweets –después eliminados– en los que hacía referencia a supuestos tocamientos de Errejón –primero en la cintura y después, en los glúteos– durante un concierto, la Policía Nacional intentó ponerse en contacto con ella y le escribió a la cuenta desde la que lo había publicado, sin hallar respuesta.
También contactó con la diputada de Más Madrid Loreto Arenillas, con quien Errejón había estado en el festival de Castellón. Al parecer, Arenillas consuigió el teléfono de la afectada antes y había hablado con ella después de que hiciera público el episodio con Errejón. Tal y como contó la propia víctima en X (antes Twitter), la diputada de Más Madrid se presentó ante ella como «mediadora» y le propuso «tomar un café» y encontrar «una solución» a lo sucedido. La afectada le dijo no entender qué había que solucionar y le espetó que creía que lo que intentaba era silenciarla porque Errejón era una figura pública.
Al parecer, en el momento en que la diputada fue contactada por la Policía Nacional y preguntada si tenía el teléfono de la víctima, no lo proporcionó. Se limitó a señalar que el gabinete jurídico hablaría con ella y se pondría en contacto con las autoridades. Sin embargo, el recorrido del asunto se quedó aquí y la Policía Nacional no supo nada, ni de la víctima ni de Loreto Arenillas.
¿Qué dicen las feministas de Castellón?
Desde la Coordinadora Feminista, Reyes Santamaría, señaló ayer que el caso de Errejón es «doblemente penoso» por la «contradicción» que supone, viviendo de un político que ha defendido el feminismo y ha condenado activamente la violencia contra la mujer. «Me parece muy buena decisión que haya dimitido. El acoso es algo muy extendido y ahora tiene notoriedad por tratarse de un personaje público», dijo Santamaría, recordando que «el patriarcado y el machismo es absolutamente universal, está presente en toda la sociedad, sin entender de partidos y afectando a todos.
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