Ha pasado más de un lustro de la reversión y un año desde su nombramiento como gerente del Departamento de Salud de la Ribera, ¿cómo valoraría este periodo?
Puedo hablar de la reversión desde fuera, porque yo trabajaba en otro departamento, así que lo viví como paciente. Comenzó un cambio, incluso en la manera de trabajar. ¿Fue bueno o malo? Era diferente. Creo que es pronto para valorar si se hizo en el momento adecuado. Aunque pienso que el periodo desde la reversión hasta ahora ha sido un bache. Este hospital llevaba un ritmo y los datos demuestran que cuando llega la reversión hay un frenazo absoluto que se acentúa con el covid. Y nuestra tarea como gestores es devolver al hospital al estatus que nunca debió perder.
Desde entonces, se arrastra un conflicto entre el personal laboral y estatutario. ¿Cómo y cuándo se puede solventar el problema?
Ciertamente, se arrastra. Se optó por una fórmula que se pensó que era idónea, que posiblemente lo sea, puesto que en las reversiones posteriores o en las finalizaciones de contrato posteriores se ha hecho algo semejante. Creo que debemos trabajar para que las condiciones sean las mejores para los dos tipos. Ahora es un tema que está en el juzgado y nos toca esperar, pero la intención de la conselleria y la dirección es llegar a un buen acuerdo que satisfaga a todos.
Ya se ha mencionado la pandemia, ¿cómo afectó a la sanidad?
Fue algo que nos pilló a todos desprevenidos. Nos hizo trabajar a los profesionales sanitarios en algunas condiciones, la verdad, muy duras, sin saber a qué se debía y cómo se podía solucionar. Se superó, el covid sigue existiendo, pero no tiene las complicaciones que tuvo en su momento. Pero es cierto que, con datos en la mano y viéndolo de una manera muy fría, la actividad hospitalaria y la actividad de los centros de salud se paró. Se paró porque casi durante un año nos dedicamos a no dejar morir a la gente. No se demoraron las patologías urgentes ni las oncológicas, pero es cierto que la actividad se paró y esa actividad todavía cuesta de remontar. Poco a poco nos ponemos al día, pero está costando y mucho.
Y eso tiene su repercusión en la demora quirúrgica o para ser atendido por un especialista…
Es cierto. Aunque en la lista de espera quirúrgica nosotros estamos muy por debajo de la media autonómica. Para lograrlo, clasificamos las patologías quirúrgicas en tres grados según su prioridad. En cuanto a la demora de consultas externas, pruebas exploratorias o atención primaria es cierto que debería mejorar, pero lo estamos consiguiendo. Cuando este equipo directivo llegó, la demora de las consultas externas superaba los 120 días, ahora no llegamos a los 80. Y alguien dirá ojalá fueran 60 o 30. Tiene toda la razón. Estamos en ello.
¿Cómo se logra?
Desde hace un año, el profesional se ilusionó. Y si se ilusiona, su rendimiento es superior, a pesar de que el número de profesionales no ha crecido. Pero ahora te exige poder visitar a más pacientes porque sabe cuál es la demora. El médico de familia hace su consulta por la mañana y tiene la posibilidad de trabajar, de forma voluntaria, cuatro horas por la tarde para acortar la lista de espera. En el tema quirúrgico, este hospital tiene once quirófanos, pero se opera mañana y tarde, algo que no se hacía.
Se debe hacer todo mediante horas extraordinarias porque no hay médicos…
Ciertamente. El ambiente de primaria es un poco más duro porque la falta de profesionales es mayor. Este departamento tiene muchas vacantes por cubrir. Durante muchos años ha habido una política de restricción en la formación de médicos y resulta difícil cubrir plazas a medida que te alejas de capitales y grandes ciudades. Ojalá ahora en el concurso que ha salido vengan más profesionales, pero no lo sabemos.
Hace poco, recibían un premio por su servicio de Urgencias. Sin embargo, este genera numerosas críticas por parte de sindicatos o pacientes. ¿Cómo se conjuga esa disparidad de opiniones?
Pues el usuario tiene razón en algunas de las cosas que dice. El sindicato tiene razón en algunas de las cosas que dice. Y los datos son los datos. El premio mide una serie de ítems: desde el paciente que entra, cuándo se le atiende, cómo se le atiende, cómo se resuelve, cuánto tiempo tarda en ingresar. El paciente tiene una percepción de que vengo al servicio de urgencias y no me llaman, pero hay una serie de criterios dependiendo de la prioridad, que no tiene por qué ser tu prioridad, pero sí es la prioridad del sistema sanitario. Quizás es fallo nuestro, por no explicarnos bien. A ello hay que añadir la poca inversión en confort que se ha hecho en este hospital desde hace 5 o 6 años. Es algo que no se debe olvidar, porque puedes haber atendido muy bien a un paciente, incluso le has salvado la vida, pero si luego lo sientas en un sillón rajado o con la pata coja o lo pones en una cama que no se levanta bien, fastidias la experiencia del paciente.
Hablando de mejoras… El hospital se ha quedado pequeño o, incluso, se ha llegado a decir que ya nació pequeño. ¿Usted qué opina?
Si nació pequeño, ni me lo planteé. Yo en aquel momento quería que naciese, porque hasta entonces nos desplazábamos a La Fe hasta para hacernos una radiografía. ¿Es pequeño? Depende de cómo se mire. Si medimos por el número de camas, tiene trescientas setenta camas. Ojalá tuviésemos cuatrocientas cincuenta. Pero hay que tener en cuenta que muchos hospitales tienen la mayoría de sus habitaciones compartidas y aquí ocurre lo contrario. Posiblemente, estemos justos en lo que a medicina interna se refiere, en un contexto de población que se ha cronificado. Pero también se ha descentralizado la cartera de servicios. Si nos preguntamos si el hospital debe crecer, yo digo que sí.
También cabe la posibilidad de construir un segundo hospital, muy demandado en la Ribera Baixa. ¿Lo ve viable?
En estos momentos lo veo complicado, entre otras cosas porque no hay profesionales para ello, desgraciadamente. Es mejor ser eficientes y eficaces con lo que ya tenemos. Es algo que tendríamos que valorar con muchos criterios, pero sobre todo desde la calidad. ¿Si abrimos un hospital en Sueca o Cullera le vamos a dar la calidad que toca? ¿Tendrá el equipamiento de este? Tres aceleradores lineales, resonancias, una UCI de 26 camas… No voy a decir que no se tenga que hacer, pero ahora mismo, prefiero mejorar este y, quizás, en unos años, puedo cambiar de idea.
¿Y cómo se mejora este? ¿Qué inversiones son prioritarias?
Estamos rehaciendo el plan funcional para evaluar las necesidades. Mi prioridad es ofrecer comodidad y calidad. En este momento, necesitamos un hospital de día oncológico, que está en un proceso de licitación que se prolongará durante diez meses. Estamos inmersos en una obra para el área de diálisis que acabará dentro de dos años, pero que vamos a dar mucho confort. También necesitamos más recursos para la planta de psiquiatría, que no tiene las condiciones que nos gustaría que tuviese. Queremos ampliar las urgencias, que ya se está trabajando para ello, y dignificar la pediatría. Todo eso nos permitirá también liberar otros espacios y mejorarlos también.
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