Si la historia sirve para algo es para demostrar que la muerte de un líder no implica el fin de una idea. Y menos en Oriente Próximo. Eso mismo quiso reivindicar el grupo palestino Hamás tras el asesinato de su jefe Yahya Sinwar el pasado 16 de octubre. «Su muerte no acabará con la resistencia ni con la causa», defendió en un comunicado a la vez que confirmaba la pérdida. Pero, aunque los hechos desde el nacimiento del movimiento en los años 80 lo corroboran, ahora Hamás vive un momento excepcionalmente bajo. En julio, un ataque atribuido a Israel asesinó a su líder político, Ismail Haniya, en Teherán y, menos de tres meses después, murió Sinwar, que había asumido las funciones de Haniya. Más de un año de guerra en la Franja de Gaza ha arrasado con miles de sus combatientes, pero centenares de jóvenes siguen uniéndose a sus filas movidos por la rabia y el duelo en uno de los conflictos más letales de las últimas décadas. De momento, actúan sin un líder claro, a la espera de descubrir el mañana de Hamás.
Hamás está organizado de tal forma que el movimiento pueda sobrevivir por encima de personalidades. A lo largo de la historia, el grupo ha superado los asesinatos de sus líderes hasta el punto de conseguir atacar a la gran potencia militar y de inteligencia que era Israel. La masacre perpetrada el 7 de octubre de 2023 arrasó con casi 1.150 vidas israelíes y secuestró a 250 ciudadanos, un centenar de los cuales siguen cautivos en Gaza. Entonces, las autoridades hebreas apuntaron a Sinwar, líder de Hamás en el enclave, como el cerebro de los ataques, y lo consideraban «un hombre muerto andante» desde hace más de un año. Durante todo este tiempo, Sinwar estuvo escondido y alejado de cualquier dispositivo electrónico que permitiera a los israelíes rastrearle. Por eso, el movimiento armado se ha visto forzado a aprender a funcionar sobre el terreno de forma independiente de Sinwar.
En los últimos meses, la organización militante en Gaza ha estado operando de manera descentralizada. Las técnicas de guerrilla adoptadas por los milicianos de Hamás han condenado al Ejército israelí a seguir en la Franja más de un año después del inicio de la ofensiva militar. Además, la crueldad de los ataques y la devastación generalizada, sumada a las masivas pérdidas civiles, han motivado a muchos jóvenes –que, ahora sí, sin nada que perder– a unirse a las filas del movimiento de resistencia. Israel ha matado al líder en el extranjero y al líder en Gaza que estaban a cargo de las negociaciones por un alto el fuego. Lejos de capitalizar la pérdida de Sinwar en el diálogo, el primer ministro Binyamín Netanyahu parece dispuesto a continuar con la ofensiva militar que se centra en vaciar el norte de Gaza, con un gravísimo impacto sobre la población civil.
Comité en Doha
Más allá de disuadir a sus miembros, la muerte de Sinwar, con el arma en la mano y luchando hasta su último aliento, puede motivar a los milicianos de Hamás a continuar la batalla. «La muerte de Sinwar no afectará el nivel de combates en Gaza», afirma a Middle East Eye Amer al Sabaileh, analista político jordano y profesor de ciencias políticas. «Tal vez la resistencia pase a un estado de descentralización desorganizada, y esto podría resultar difícil de controlar para los israelíes», añade. Para la mayoría, la duda es quién va a tomar decisiones ahora en Hamás y, por lo tanto, en Gaza. De momento, según varias fuentes del grupo, todas ellas van a pasar por un comité gobernante con sede en Doha. Integrado por cinco miembros, fue formado en agosto tras el asesinato de Haniya para facilitar la toma de decisiones dada la dificultad de comunicarse con Sinwar en Gaza antes de su muerte.
El comité gobernante, cuya totalidad de miembros residen en Qatar, está formado por representantes de los dos territorios palestinos y de la diáspora, a saber, Jalil al Haya para Gaza, Zaher Jabarin para Cisjordania y Jaled Meshaal para los palestinos en el extranjero. También incluye al jefe del consejo asesor de la Shura de Hamás, Mohammed Darwish, y al secretario del buró político, que nunca es identificado por razones de seguridad. En marzo, Hamás tiene previstas elecciones internas y probablemente será entonces cuando escojan al sustituto de Sinwar. Hasta entonces, será el comité el que asumirá las decisiones estratégicas políticas y militares durante la guerra y probablemente en el futuro.
Posibles candidatos
Por ahora, se barajan una serie de nombres como posibles candidatos. Uno de los que suena con más fuerza es el del propio hermano de Sinwar, Mohammed Sinwar. El hermano menor es un destacado comandante de las Brigadas al Qasam, el brazo armado de Hamás, que podría asumir el cargo en caso de seguir vivo. Pero algunos expertos señalan que las dificultades de comunicarse con Sinwar de los últimos meses han enseñado una lección a los altos cargos de Hamás que les inclinaría a decantarse por un líder que se encuentre fuera de Gaza. Como Jaled Meshaal, el principal representante del grupo entre el éxodo palestino y la figura más fuerte del grupo en el extranjero tras los asesinatos de Haniya y del vicepresidente del buró político, Saleh Al Arouri, el pasado enero en Beirut. Ahora mismo ocupa una de estas mismas vicepresidencias.
Otros miran hacia Jalil al Haya, adjunto de Sinwar y residente en Qatar. Es el actual líder de la delegación de Hamás en las conversaciones de alto el fuego entre el grupo e Israel, y posee un profundo conocimiento, conexión y comprensión de la situación en Gaza. Tras la muerte de Sinwar, Al Haya insistió que Hamás no devolverá a ninguno de los rehenes «antes del fin de la agresión a Gaza y la retirada de Gaza», demostrando así que la posición del grupo no ha cambiado. Al Haya es considerado como una persona cercana a Irán, pero menos intransigente que Sinwar y más próximo a Haniya. Meshaal también es visto como una figura más moderada, pero más cercana a Turquía y Qatar que a Irán, Siria y Hizbulá. Sinwar, en cambio, era visto como un partidario de la línea dura con estrechos vínculos con el brazo armado de Hamás. Puede que esa fuera su condena, ya que así murió, luchando hasta su último aliento.
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