El PP centra su oposición en la trama Koldo y todas sus derivadas, especialmente tras el último auto de la Audiencia Nacional que pide ya la imputación formal de José Luis Ábalos al Tribunal Supremo y en el que el juez Ismael Moreno desvela que Víctor de Aldama adelantó a Air Europa cómo se iba a financiar el rescate por parte de la SEPI. Alberto Núñez Feijóo ha llegado a pedir la dimisión de Pedro Sánchez. Pero en mitad de toda esta ofensiva por los frentes judiciales que rodean al Ejecutivo, la marcha de Íñigo Errejón de la política -en mitad de acusaciones de acoso y maltrato psicológico, que en redes sociales se han ido amplificando- constituye para el PP “otro frente muy complicado de digerir” para la coalición.
Los conservadores ponen ya el foco en Sumar, que desde hace tiempo ven “en una situación desastrosa”. Tanto es así que el PP ha estado semanas obviando a Yolanda Díaz en las sesiones de control y ni siquiera le ha planteado preguntas para “ningunearla” según reconocen en el grupo parlamentario.
Cuando ayer Errejón hizo pública su carta -después Sumar confirmó que le había abierto una investigación a raíz de esa denuncia en redes e incluso que el propio portavoz parlamentario confirmó que esas acusaciones eran ciertas- el PP exigió una rueda de prensa de la vicepresidenta para aclarar si su formación conocía todo el caso sobre Errejón. Y para saber también si en Podemos y después Sumar lo sabían y por eso no le hicieron ministro a pesar de su proyección en ambos partidos; y también si Marta Lois fue la primera opción para la portavocía en el Congreso por el mismo motivo.
En resumen: el PP considera “indispensable” que Sumar aclare si conocía todas estas informaciones. Además, los conservadores son especialmente duros con la coalición “que se dice la más feminista de la historia” y que ahora, recalcan en la dirección nacional, “tienen que lidiar con un caso de este tipo”.
El análisis que hacen distintos dirigentes del PP es que el Gobierno “no puede seguir acumulando frentes” porque va “a un escándalo por semana”, y ponen el foco en que este en particular “no guarde ninguna relación con el caso Koldo”. “La realidad es que esto huele a descomposición. A cuando todo son fugas de agua”, dicen también diputados en el Congreso.
En Génova también hacen hincapié en que Errejón no está en el Gobierno, “pero no es un dirigente más”, sino “uno de los principales activos de Sumar” y un referente en la izquierda de todo el espacio más allá del PSOE. De ahí que entiendan que no será tampoco un caso más y que “tendrá consecuencias”.
El otro elemento que miran de reojo en el PP es el papel que pueda jugar Podemos en este escándalo, teniendo en cuenta que Errejón se enfrentó a Pablo Iglesias y después creó Más Madrid y Más País, para unirse más tarde a Sumar. Pero al ver que Irene Montero y también Ione Belarra se lanzaban a respaldar a las denunciantes y, sobre todo, a cargar contra “la impunidad” y “cualquier tipo de violencia sexual”, algunos dirigentes conservadores pusieron el foco en si Podemos podría renunciar a apoyar al Gobierno, por ejemplo, en los próximos Presupuestos.
“Esto sin duda añade más inestabilidad a la coalición”, aseguran a pesar de que Sumar se lanzó a actuar con un contundente comunicado en el que no solo confirma que Errejón confirmó esas acusaciones, sino que le pidió que se marchara aunque en un principio se habló de dimisión.