«El president vuelve, si es que nunca se fue«. Laura Borràs se ha despedido este viernes de la presidencia de Junts, que el domingo volverá a ocupar Carles Puigdemont. Y lo ha hecho reivindicando su entrega y «generosidad» en un periodo en el que el pacto alcanzado con el sector liderado por Jordi Turull hace dos años en el congreso de Argelers impidió una guerra civil en el seno del partido. Con un partido de nuevo en manos de los ex convergentes, en el que casi no quedan vestigios de los outsiders como ella captados por Puigdemont en 2017, Borràs no ha obviado ha sido una presidenta tutelada desde Waterloo.
«Ahora se acaba la anomalía de que el president sea el president de Junts sin serlo» ha apuntado Borràs, confirmando lo que siempre fue un secreto a voces, que Puigdemont «ha participado a fondo de todas decisiones políticas que se han adoptado» en los dos últimos años. Desde la salida del Govern de Pere Aragonès a, por su puesto, el papel de Junts en cada votación en el Congreso desde que la formación aportó los votos clave para la investidura de Pedro Sánchez a cambio de la Ley de amnistía.
Puigdemont «ha participado a fondo de todas decisiones políticas que se han adoptado»
Borràs ha constatado esta presencia constante de Puigdemont tras recordar que fue el ex president fugado quien decidió dejar la presidencia del partido hace dos años «para dedicarse al Consell de la República» en un momento en que Junts perdía peso institucional frente a ERC. «He presidido Junts después de él, y antes que él, pero nunca he querido sustituirlo» añadía Borràs en un discurso de despedida que no ha tenido la calurosa acogida de otras ocasiones.
Pese a todo, Borràs ha naturalizado esa presencia omnímoda de Puigdemont porque «el liderazgo es una dimensión superior a tener un cargo y Puigdemont es la figura que define y cohesiona Junts«. Pero también ha reivindicado su «generosidad» en el acuerdo para compartir la dirección del partido con Turull hace dos años, cuando Borràs aparecía como la figura con más apoyo de las bases.
En su último discurso como presidenta ha asegurado además que nunca dio el paso a la política para conseguir un «cargo» ni para «sustituir» al expresident Puigdemont y ha defendido que deja la presidencia de Junts por «lealtad» a ella misma y «a los otros» y por «coherencia personal y política». «Ni la represión ni este mundo oscuro de la política me han cambiado», ha aseverado, al mismo tiempo que, a partir de ahora, se siente con la «fuerza» y las «ganas» de hacer «aportaciones para la independencia».
Ni la represión ni este mundo oscuro de la política me han cambiado
Ese ha sido el objetivo señalado por Borràs para el futuro: «Tenemos que incorporar de nuevo la independencia a la agenda política» ha reclamado. Una exigencia que ha recogido también Turull. «Hoy se acaba el duelo de tanta represión, pasamos a la ofensiva» ha advertido el número dos del partido, que mantendrá esa responsabilidad a partir del domingo bajo la presidencia de Puigdemont.
Turull ha abogado por «acabar» el camino de la independencia iniciado en 2017 y ha reclamado hacer de Junts la alternativa a un ejecutivo autonómico de Salvador Illa que ha tachado como el «Govern de la anestesia», al que ha recriminado que «nunca planta cara a Madrid. Si ellos quieren dormir la nación, nosotros la despertaremos, este será el trabajo de Junts» concluía el número dos de Junts.
El secretario general de JxCat se ha felicitado además por la situación política e institucional del partido, segunda fuerza en el Parlament y clave en Madrid, y la ha comparado con la de ERC, aunque sin citarlos. «Hace menos de dos años se les miraba con punto de envidia» reconocía, pero «ahora nadie se cambiaría por ellos, por eso este congreso parte de la esperanza».