El consejero de Turismo, Manuel Blasco, ha culpado al «cálculo erróneo» del anterior Gobierno de Aragón del sobrecoste de la unión de estaciones de Candanchú y Astún, previsto en unos 45 millones frente a los 8 estimados inicialmente, aunque ha aseverado que el ejecutivo de Jorge Azcón está dispuesto a ponerlos, aunque será «con más fondos propios».
Así ha respondido en la sesión de control al gobierno en el pleno de las Cortes a una pregunta formulada por el diputado de IU, Álvaro Sanz, referente al sobrecoste de esta unión de estaciones entre Candanchú y Astún, que comenzó con 8 millones financiados por fondos de sostenibilidad turística, luego pasó a 10 cuando se descartó «por la movilización social la atrocidad de unir Astún y Formigal por la Canal Roya», ha dicho, y ahora va a costar 45 millones.
Sanz ha reiterado su preocupación por la «ligereza» con la que el Gobierno de Aragón «deriva dinero a pocas manos e intereses privados», sin atender las implicaciones que las actividades tienen sobre el medio natural y negando el cambio climático y la desestacionalización del turismo o que los fondos para sostenibilidad turística acaban «todos invertidos en el sector de la nieve».
Ha mostrado así su rechazo a que se destinen 45 millones de recursos públicos a dos empresas privadas, Astún y Candanchú, para un proyecto que promueve la Mancomunidad del Alto Valle del Aragón y no el Gobierno de Aragón que, sin embargo, va a pagarlo salvo los 3 millones que aportará la Diputación de Huesca.
En su respuesta, Blasco ha explicado a Sanz que la diferencia entre el Gobierno de Aragón e IU es que apoyan a las comarcas pirenaicas y «la inversión en nieve» y comparan «lo que se hace en Andorra, Sierra Nevada o el Pirineo Catalán», con lo que Aragón está «a años luz» y por lo que surgió, ha dicho, el Plan Pirineos.
Ha recordado que la Mancomunidad del Valle del Aragón fue la que planteó estas inversiones y que el Gobierno de Aragón anterior, presidido por el socialista Javier Lambán, decidió acometer unas inversiones que planificó y presupuestó «mal». «La desviación viene por un cálculo erróneo de la inversión necesaria, así de claro», ha espetado.
Y ha detallado Blasco que no se tuvieron en cuenta los riesgos geológicos, geotécnicos ni los nivológicos, tampoco los aludes ni la exposición al viento o las zonas de afección de carreteras ni las líneas de alta tensión y que, al actualizar los precios y considerar estas ausencias, se produjo el sobrecoste.
En edificios necesarios para la operativa y cimentaciones complicadas se prevén 2,4 millones de euros; en seguridad y salud, no contemplado en el proyecto inicial, según ha aseverado, 84.000 euros; la gestión de residuos 219.000 euros; los gastos generales del proyecto a 3 millones más IVA y el beneficio industrial del 6 % tampoco se consideró, lo que suma un desfase de unos 14 millones «provocado por el mal calculo inicial del anterior gobierno».
En su réplica, Sanz ha preguntado «dónde están los 31 millones restantes» y por qué el promotor ni las empresas privadas que se van a beneficiar van a poner dinero.
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