Dos altos funcionarios de EE. UU. están en Medio Oriente esta semana, con la misión conjunta de negociar el fin de la actual guerra entre Israel y varios grupos terroristas islamistas respaldados por Irán. El secretario de Estado, Anthony Blinken, llegó a Israel el martes. El enviado especial de EE. UU. para Líbano, Amos Hochstein, estuvo en Beirut el lunes. ¿Están ambos ante una misión imposible o hay alguna posibilidad de que sus esfuerzos puedan abrir un camino para poner fin al conflicto que dura desde hace un año? A comienzos de esta semana, aviones israelíes llevaron a cabo una serie de ataques contra objetivos de Hezbolá en el interior del Líbano, incluyendo la sede de la división aérea de la organización. Hezbolá respondió con fuego de cohetes en el centro y el norte de Tel Aviv. A pesar de los intercambios de disparos diarios, las fuerzas terrestres israelíes continúan con su labor metódica, desmantelando y destruyendo la infraestructura de Hezbolá en el lado libanés de la frontera. Hochstein, tras reunirse con el presidente del parlamento libanés y líder del movimiento Amal, Nabih Berri, y el primer ministro Najib Mikati, afirmó que solo un nuevo mecanismo que garantice que la resolución 1701 de la ONU se implemente “de manera justa, precisa y transparente” podría asegurar el fin de la guerra. Su misión, dijo, era encontrar la fórmula para tal mecanismo. Hochstein también señaló que esta era su “sexta o tal… Leer más

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