Llegaba Ellen Nystrom este verano al Casademont Zaragoza como una de las apuestas más contrastadas y seguras de las nuevas jugadores que aterrizaban en la capital aragonesa para el nuevo curso. De la sueca, de 30 años, se esperaba que aportara experiencia, veteranía y conocimiento tanto de la Liga española como de la Euroliga. Sin embargo, en sus primeros partidos con el equipo, con alguna leve excepción, su rendimiento no estaba siendo acorde a lo que se esperaba de ella.

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