Son las dos y media de la madrugada del pasado 15 de febrero cuando uno de los funcionarios que hace el turno de noche en el módulo 12 de la cárcel de Estremera (Madrid) recibe la llamada de un recluso, a través del interfono: «He matado a mi compañero». Dilawar Hussain Fazal, el pakistaní acusado de asesinar y quemar los cadáveres de tres hermanos ancianos en la localidad madrileña de Morata de Tajuña, acaba de confesar su cuarto crimen en solo dos meses. Su última víctima es Ángel Asenov, un búlgaro de 38 años, padre de dos hijas, con el que el asesino compartía la litera de la celda número 1 del centro penitenciario Madrid VII.

Fuente