«La única prueba de cargo que tenemos muchas veces es la palabra de la víctima«. Fue una de la conclusiones que ofreció la jefa de la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM), la inspectora jefa Clara Pérez, durante la conferencia sobre agresiones sexuales que impartió el pasado jueves en el Colegio de Abogados de Zaragoza. Era, por ejemplo, el punto de partida de la denuncia que en agosto de 2022 interpuso la joven camarera de un bar del barrio zaragozano de Miralbueno contra su jefe por, supuestamente, propinarle un manotazo en el culo y restregarle sus partes íntimas. Pero alguna duda existía en ese relato de hechos para que también la Fiscalía solicitara la absolución del acusado. El martes, de hecho, la chica decidió retirar la acusación en el momento en el que iba a dar comienzo el juicio señalado a las 09.30 horas, de ahí que la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza absolviera in voce al procesado.
Así lo había solicitado también el abogado del acusado, el letrado zaragozano Rafael Ariza, y así lo dictaminó finalmente el presidente del tribunal provincial, el magistrado Francisco Picazo, hasta el punto de que la sentencia ya es firme después de que las partes señalaran que no van a presentar recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA). Inicialmente se pedía una pena de un año de cárcel por un delito de abuso sexual –los hechos son anteriores a la entrada en vigor de la ley del solo sí es sí– y el pago de 3.000 euros de indemnización en concepto de responsabilidad civil por los daños morales ocasionados a la denunciante.
Según consta en el escrito de acusación, la denunciante comenzó a trabajar en un bar del acusado en el verano de 2022. Primero lo hizo en un establecimiento del barrio de Delicias. Y, a las semanas, fue derivada al bar de las piscinas de un Centro Deportivo Municipal (CDM) de la capital aragonesa cuya ubicación exacta no revela El Periódico de Aragón para salvaguardar la identidad del acusado, pues ahora ya ha resultado absuelto después de que la chica decidiera ‘motu propio’ no continuar con la denuncia.
Según la joven, su jefe «realizó tocamientos y contacto corporal de significación sexual intencionados con el propósito de una satisfacción sexual» hasta que un día le propinó «una cachetada» en el culo. «Dado que llevaba soportando comportamientos indebidos desde el principio, la denunciante sufría una gran ansiedad al ir a trabajar y, después de este episodio, decidió causar baja y abandonar el trabajo», recogía el escrito de acusación. La causa la ha dirigido el Juzgado de Instrucción número 1 de Zaragoza.