El futuro de Canarias depende de un complejo engranaje climático en el que destaca un actor principal: el alisio. Las previsiones del impacto del cambio climático auguran que estos vientos cargados de humedad y fresco dejarán de reinar en el Archipiélago en los próximos años. Si las previsiones climáticas se cumplen –y la pobre acción climática no parece que vaya a cambiarlas–, Canarias podría perder los privilegios que le han llevado a convertirse un paraíso de sol, playa y variados ecosistemas.

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