El director de El Independiente, Casimiro García-Abadillo, participó este martes por la tarde en el coloquio La libertad de información en España, organizado por la Universidad Villanueva en Madrid y dentro de su ciclo de debates Diálogos en la Universidad. Junto a él, como intervinientes, estuvieron el columnista de El País y editor de Letras Libres, Daniel Gascón, y el presidente del Consejo Editorial de El Confidencial, José Antonio Zarzalejo. Moderaron el director del Grado de Periodismo del centro y periodista, Ernesto Villar, y el profesor y periodista Cayetano González. En el debate estuvo permanentemente el estado de la prensa española y del ambiente democrático en el que desarrolla su actividad. Y las conclusiones es que desde que Pedro Sánchez ascendió a la presidencia del Gobierno en 2018, la actividad se ha hecho más complicada.

García-Abadillo consideró que desde que Sánchez es presidente «la propaganda ha sustituido a la política«. Se ha fomentado que sus integrantes y los ministros sean «difusores de propaganda». Lo hizo ante la cuestión lanzada sobre cómo afecta ello a la información. Previamente, se partía de los recurrentes argumentarios preparados por Moncloa [como cada partido político] para enfrentarse a la agenda del día, y más en concreto a la excepcionalidad del caso de Begoña Gómez, David Sánchez y la trama Koldo. La figura de la ministra portavoz, Pilar Alegría, se puso sobre relieve por parte de Zarzalejos casi al final del coloquio. Por haber explicado, a su juicio erróneamente, y no con afán de tergiversar, el dictamen de la Audiencia de Madrid sobre la causa abierta a la esposa del presidente.

«No sabe que miente porque no sabe de lo que hablan«, expresó, lamentando que se haya perdido la costumbre de que cada asunto sea tratado por los expertos en la materia. «[Alfredo Pérez] Rubalcaba y [Josep] Piqué siempre iban junto al técnico experto», ahora «les dicen que sonrían» y trasladen el argumentario. En esto coincidieron intervinientes y moderadores, lastra a la libertad de información. Se puso en cuestión la solvencia de algunos representantes públicos. «Si la portavoz fuese la ministra Margarita Robles, sería distinto. Ahora los protagonistas son los que se dedican a difundir y no van más allá» porque «la norma que se fomenta es que da igual estar informado para dar una opinión», añadió García-Abadillo.

Libertad de expresión, ¿en peligro?

El acto se abrió preguntando a los tres invitados sobre si peligra la libertad de expresión. García-Abadillo alertó de que el verdadero peligro es que se consolide la maquinaria del contrarrelato, algo que este mismo martes exploró en una de sus columnas de opinión en El Independiente. Es decir, que se pongan en «duda que las informaciones sean ciertas». «Que se ponga en duda la objetividad» de los informadores ante la deslegitimación de las publicaciones si no se adaptan a los cánones ideológicos de quien accede a ellas para su consulta. Incluido el Gobierno. El director recordó que el evento se produjo horas después de que el Gobierno «cambiara» por decreto ley «las reglas del juego» se haya garantizado el control de RTVE hasta 2030. «Y deja fuera al PP». Y apenas meses después de que se pusiese en marcha ese contrarrelato contra «el fango«. Todas esas informaciones en contra de Gómez de las cuales algunas se han ido avalando conforme avanza la investigación.

Conjuntamente se rebajó el impacto del Plan de Acción por la Democracia a lo discursivo y a acciones como la dotación de 140.000 millones de euros para «la digitalización» de medios. Que consideraron irán destinadas, en una era informativa ya digitalizada, a los medios más afines y laxos con el Ejecutivo. Restaron capacidad de ejecución a la parte jurídica de ese plan, por la ausencia de mayorías para remodelar las leyes orgánicas o el Código Penal. Además, contemplaron la posibilidad de que el buen trato con los medios vascos del PNV, o de los partidos independentistas catalanes o la Generalitat, con Salvador Illa al frente, perjudiquen a grupos como Godó en lo que a financiación pública se refiere.

Se desestima la capacidad del Gobierno para llevar a cabo las reformas orgánicas y del Código Penal del plan de medios

Zarzalejos planteó que Sánchez no afronta esta «regeneración» porque haya un problema de medios en España o interés social en ello. «Lo hace al conocer la apertura de causa contra su mujer», y como «efecto de desaliento» al estilo del populismo moderno. «Es una gran estafa ciudadana» que, en el fondo, «ha intimidado más de lo que parece a los medios y periodistas«, argumentó. Zarzalejos defendió la pureza de la normativa europea con la que se justifica la aplicación de ese plan de medios. Que se tejió durante la presidencia española de la UE y «pasó desapercibida» entonces, pensada para combatir injerencias en medios como la rusa. Y que dejaría solo a Moncloa con capacidades como «discriminar el aporte de información o publicidad institucional a ciertos medios, bloquear la presencia en actos o influir en empresas con participaciones públicas para no colaborar con medios que dañen al Gobierno«. «Y esto está sucediendo. Hay intimidación, pero el conjunto de medios tienen capacidad de imponerse», defendió.

Gascón, por su parte, apreció que un partido con seis años de recorrido en el Gobierno, si detecta un empeoramiento de la calidad democrática, «algo tendrá que ver». Cuestionó el papel independiente que tendrá el registro de medios propuesto a cargo de la CNMC, que «acabará dependiendo del propio Gobierno«, cree. Echó en falta que no se proponga limitar «las mentiras de los partidos».

Medios vs. pseudomedios

Preguntados por el concepto de pseudomedios elevado por Sánchez, sus ministros y el PSOE, los intervinientes rechazaron entrar en el marco dialéctico del Gobierno. «Hay que considerar que el público es adulto, no hay que decirle lo que tiene que leer. El Gobierno gana la batalla cuando hace que prime la confusión y una parte del público no se fie de los medios», expresó García Abadillo. «Eso es lo realmente peligroso, que nadie se sepa de quién se tiene que fiar» y «la gente ya solo crea lo que dicen los suyos», añadió. Acreditó que pese a que la objetividad absoluta puede que no exista, es necesario «acercarse lo máximo posible».

Zarzalejos se negó a otorgar al Gobierno «la capacidad de discernir a un medio sobre otro» y de desplegar «falsos conceptos» que incluso «otros medios han comprado». «Todos son medios, unos más serios, otros menos, otros más sensacionalistas», opinó. Coincidió con García-Abadillo al dotar a la sociedad de la capacidad de «discriminar» por motivos de esa calidad. El presidente del Consejo Editor de El Confidencial abrió un inciso para criticar ese control de RTVE, y la imposición de figuras como David Broncano —no lo nombró—, «pagando fichajes extraordinarios», que «cerdea como hacen otros medios» en alusión a El Hormiguero. Zarzalejos cree que se está sacrificando la información y el servicio público para competir con otros con franjas que, a veces, son «vomitivas». Apeló a la matinal en su referencia.

¿Puede la corrupción hacer caer a Sánchez como a González?

En este tercer y último bloque discursivo, Cayetano González comparó las publicaciones de El Mundo en los noventa que «hicieron caer a Felipe González» por escándalos de corrupción como Filesa o escándalos como los GAL entre otros varios. Desde su fundación y en esa etapa estuvo García-Abadillo. Y sugirió que, ante las informaciones de tribunales de El Confidencial, que potenciaron en parte la cruzada de medios del Gobierno, si esto puede desembocar en un desenlace similar con la salida de Sánchez.

García-Abadillo defendió que el objetivo de un medio «no es derribar Gobiernos». Y aunque validó «las grandes exclusivas que pusieron a González en la puerta de salida», aludió a la alternativa construida por José María Aznar hasta entonces. «El caso Begoña no es de los GAL. Está por ver si el caso Ábalos llega al presidente«, pero «si hay velocidad en la investigación sí que puede acabar con el Gobierno». Lo cree, y apuesta que antes del término de legislatura se sabrán cosas de calado que pueden incluso afectar a Sánchez. Zarzalejos apostó que, en base a investigaciones similares, puede pasar hasta un quinquenio.

La respuesta de Sánchez es cualitativamente peor que la de Felipe González, que estuvo a punto de dimitir por los escándalos

Ahora bien, el director de El Independiente sí identificó un cambio importante en Sánchez respecto a González: «La respuesta de Sánchez es cualitativamente mucho peor. Ha sobre reaccionado de una manera inaudita. González estuvo apunto de dimitir tras una huelga general, pero nunca se tomó cinco días para reflexionar».

Gascón apreció que «puede suponer un desgaste» las publicaciones en consonancia con el avance de las investigaciones. Sobre todo para un Ejecutivo que entró denunciando precisamente la corrupción. Abrió la senda a Zarzalejos apreciando que la ley de amnistía «es el caso claro de corrupción en la que está basada esta legislatura. Y se camufla con el resto de corrupción difusa». Para Zarzalejos la amnistía «ha sido un fracaso» y su no total aplicación impide a Puigdemont asumir con total libertad de nuevo el liderazgo de Junts. «Políticamente es una corrupción absoluta. Es traficar con principios constitucionales básicos para lograr votos. Lo más corrupto es que se asimile a la amnistía de 1977. Éstas son transicionales de un régimen dictatorial a uno democrático, o para resolver conflictos armados y asociados a procesos de descolonización». «Es lo más grave de la historia de la democracia«, zanjó.

A continuación, puede ver el coloquio completo:

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