Carolina Marín (Huelva, 1993) camina con suavidad por el hall del Hotel de la Reconquista, viste un jersey rosa claro y sonríe a todos los que se le acercan en busca de un autógrafo o para entregarle un regalo. Hay abrazos, buena sintonía y una sensación de paz que la campeona olímpica en Río de Janeiro y una de las mejores jugadoras de bádminton de la historia transmite a todos los que la rodean. Unos días antes de recibir el galardón, en medio de una apretada agenda, la onubense atiende a las preguntas de La Nueva España.

Fuente