Desde la llegada de Alberto Núñez Feijóo al Partido Popular nacional en 2022, el dirigente gallego se ha encontrado con una piedra constante en el camino, y no es ajena. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha convertido en la voz discordante del partido intentando, por un lado, presentarse como adalid contra Pedro Sánchez y por otro, como muchas voces deslizan, para ir suavizando su propia ruta hacia La Moncloa.

La última vez que la lideresa se ha hecho notar negándose a acudir a la ronda de reuniones del presidente del Gobierno con los dirigentes autonómicos. De hecho, ella misma animó a sus colegas populares a emprender una suerte de boicot, aunque nadie le escuchó. «La presidenta Ayuso sabe muy bien que su responsabilidad es defender los intereses de los madrileños y practicar una política de Estado, y eso es lo que ha venido haciendo siempre», dijo Feijóo después de tildar de «error» la propuesta de la madrileña.

Pero Ayuso va por una senda aparte de su formación, y este mismo lunes ha emitido un comunicado para informar de su decisión firme de no sentarse con el socialista. Este gesto, completamente unilateral y solitario, ha logrado pese a todo marcar el paso de su líder. «¿Cómo no la voy a respaldar?», ha declarado en las últimas horas el gallego ante el desplante de Ayuso a Sánchez, y prácticamente a él mismo.

Sin embargo, las desautorizaciones y los atrevimientos hacia Feijóo comenzaron desde que el expresidente de la Xunta aterrizara en Madrid, y ha continuado pese a la caída de la popularidad y el liderazgo del mismo. Algunos de los temas en los que la dirigente regional ha tomado la delantera, incluso contradiciendo los valores e ideología de su partido, han pasado por el aborto, las negociaciones con el PSOE o, más recientemente, en materia laboral.


Todos los desplantes de Ayuso a Feijóo

El aborto

Uno de los primeros asuntos que puso la primera esclava de una cadena de desplantes de Ayuso a Feijóo se produjo pocos meses después de la llegada del actual dirigente popular a Génova, y tuvo en el centro la interrupción del embarazo en menores. El PP cuenta con una posición histórica y tradicional sobre el aborto. De hecho, la ley de plazos llevaba 12 años con recursos ante el Tribunal Constitucional por parte de esta formación.

Sin embargo, la lideresa defendió ese mes de septiembre que las mujeres de 16 y 17 años pudieran interrumpir su embarazo de forma voluntaria sin autorización de sus tutores legales. «Una vez una mujer tiene claro que no quiere seguir con ello, creo que no puedes obligar a nadie«, dijo en una entrevista en Más de Uno de Onda Cero para declarar después que defiende «un aborto legal, seguro pero poco frecuente«. Todo ello tras muchos ataques a esta práctica.

Esto generó un auténtico cisma en el PP, que terminó cambiando su postura al respecto pasando a defender la famosa ley de plazos. Feijóo confirmó lo que tildó de «actualización» de su posicionamiento sobre el aborto, aunque quiso dejar claro que para él esto «es el derecho que tiene la mujer de acuerdo con la ley, y sólo dentro de la ley», pero «no es un derecho fundamental«.

La renovación del CGPJ

Ese mismo año se produjo el segundo rifirrafe, en ese caso judicial. Y es que el PP firmó un acuerdo con el Gobierno de Pedro Sánchez para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tras años caduco que no gustó a la madrileña. Ayuso trasmitió su rechazo a este acuerdo en sendas ocasiones y Génova terminó cediendo y rompiendo el pacto. Eso sí, el partido justificó su decisión alegando que el Ejecutivo les había engañado con la reforma de la sedición y la malversación.

Este acuerdo entre el bipartidismo, como diría Podemos, no fue el único que agitó a Ayuso. De hecho, ya unos meses después, en agosto de 2023, Ayuso aprovechó el arranque del curso político en un acto público para lanzar un dardo directo a Feijóo, que estaba sentado delande de ella. «Abramos los ojos. La base social del PSOE ha cambiado. Ya no es la igualdad que tanto han empleado. No nos damos cuenta, apelamos de manera bisoña a un partido cuyos principios se esfumaron, unos supuestos valores socialistas ya no existen», criticó.

Estas palabras se produjeron, además, solo unas horas después de que el dirigente popular ofreciera a Sánchez una suerte de alianza para repartirse el Gobierno en dos años cada formación con un programa pactado tras las elecciones del 23 de julio. En esta cita el PP ganó en votos, pero no logró gobernar por falta de apoyos, como se pudo ver unos meses después.

Junts, Alejandro Fernández y Bildu

Precisamente su intento de lograr votos a favor en una investidura llevó a Feijóo a intentar negociar con el PNV e incluso con Junts. La imagen del PP sentados en la mesa con los de Carles Puigdemont fue muy criticado a nivel interno, primero por el entonces líder en Catalunya, Alejandro Fernández, y mucho tiempo después por la lideresa. Ha sido ahora, con el debate de si los populares podrían presentar una moción de censura junto a Vox contra Sánchez lo que ha utilizado la presidenta madrileña para responder a aquello.

«Con aquellos que desprecian a España no iría a ningún lado porque no son de fiar», ha sostenido la pasada semana la popular, en un claro dardo a su líder. Cabe destacar también que Ayuso respaldó a Fernández cuando Génova quiso apartarle de la candidatura para las elecciones catalanas, yendo a contra corriente de su presidente una vez más. La presidenta estuvo en un mitin de Fernández y jugó un «papel importante» en que este se quedara al mando.

Entre otras cosas, Ayuso también se lanzó a ocupar el papel de líder de la oposición realizando un balance de los primeros 100 días del nuevo Gobierno de Sánchez. Lo hizo el pasado mes de febrero, haciendo las tareas que, en su caso, tendría que haber hecho Feijóo. Pero también cuestionó el liderazgo del gallego cuando su partido terminó descartando la ilegalización de EH Bildu que ella misma proclamaba. «Me pregunto si hemos usado todos los resortes del Estado», cuestionó ella entonces.

Reducir la semana laboral

Antes de negarse a ver a Sánchez, Ayuso lanzó otro desplante a Feijóo en cuanto a la propuesta de reducir la semana laboral a cuatro días. A la vuelta del verano, Feijóo se abrió a estudiar esta posibilidad aunque a su manera, estableciendo cuatro días de trabajo pero sin reducir la jornada. Es decir, acumulando las horas o gestionándolas de una forma más «flexible»

Esta propuesta iba en la línea de no perjudicar a la empresa, pero el Gobierno de Ayuso volvió a ponerse en contra del PP nacional. «Nosotros, en este momento y como Gobierno de la comunidad, estamos totalmente en contra de lo que podría ser la reducción de una jornada laboral», afirmó Miguel Ángel García Martín, portavoz del Ejecutivo autonómico, cuestionado precisamente por la idea defendida por Feijóo.

Sonya Yoncheva y David Broncano en 'La Revuelta'. TVE


La ‘tercera vía’ de la lideresa

La estrategia de la lideresa parece tener un motivo claro, ya sea a corto o a largo plazo, y es desbancar al dirigente de su partido para dar el salto al despacho central de Génova, o La Moncloa. Este es el sentir de muchas voces, pero también hay otra lectura, y es una afrenta personal contra Sánchez. Ya los medios conservadores, como ‘El Mundo’, deslizan esta posibilidad e incluso deslizan abiertamente que se ha puesto en marcha una ‘tercera vía’ por parte de Madrid.

Este diario recuerda que este tipo de enfrentamientos entre el PP madrileño y el nacional no son nuevos. Ya se vivió con Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy que, a toro pasado, se puede decir que le vino bien a aquel dirigente que acabó logrando mayoría absoluta. No es el caso, por ahora, de Feijóo. Además, ahora hay que tener en cuenta el factor Vox, que aunque en decadencia, sigue teniendo presencia en la aritmética parlamentaria y regional en según qué casos.

Así, el citado periódico habla de tres tipos de barones en el PP: «los que tienen mayoría absoluta, los que gobiernan con el apoyo externo de Vox… y Ayuso«. De hecho, se agarran a unas declaraciones de unas fuentes populares que aseguran que «ella ya va por un carril en paralelo al resto» ya no solo a nivel político sino también institucional. Es la primera vez que un dirigente autonómico popular se niega a reunirse con el presidente del Gobierno. 

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