Será el próximo 15 de noviembre cuando dé comienzo en la Audiencia Provincial de Castellón el juicio contra el hombre que disparó en la cabeza a su pareja, embarazada de 36 semanas, en la Vall d’Uixó. Un jurado popular analizará el caso durante tres jornadas y en el banquillo acompañarán al principal acusado otras cuatro personas.
El marido de la fallecida, como ya avanzó Mediterráneo el pasado mes de junio, se enfrenta a 16 años de cárcel por homicidio y tenencia ilítica de armas. La fiscal acusa a otros dos varones de encubrimiento y les pide dos años, mientras que la acusación particular señala también a otros dos allegados.
Por lo que respecta a la responsabilidad civil, aboga por una indemnización de 120.000 para la madre de la víctima, quien se quedó con la guarda y custodia de su nieta, y otros 215.000 para la bebé.
Según el Ministerio Público, la situación en la cual la embarazada recibió el disparo mortal se produjo por los rumores sobre una presunta infidelidad por su parte. Al parecer, uno de los procesados le dijo al marido que su mujer tenía un idilio con un tercero, iniciándose una pelea en la que la mujer también participó. En el transcurso de esa discusión, la pareja de la mujer bajó de su casa con una pistola –entre los implicados había también un cuchillo de por medio– y efectuó dos tiros. Uno de ellos, impactó contra el cráneo de su mujer, que cayó fulminada.
Alteraron la escena
Lejos de contar la verdad de lo ocurrido, varias personas intervinieron para alterar el escenario del homicidio. Una mujer tiró cubos de lejía y agua para limpiar la sangre de la fallecida, mientras otros hombres se deshacían de la pistola y el cuchillo, llegando a mentir a la Guardia Civil durante las declaraciones efectuadas en el marco de la investigación policial.
El arma en cuestión era una pistola del calibre 9 mm, cuyo número de identificación original había sido borrado mediante raspado y para la que su portador no tenía ninguna licencia. Además, se le habían realizado dos orificios en los costados del cañón y otro en la parte del armazón de la empuñadura, por lo que estaría catalogada como arma de la primera categoría del reglamento de armas.
La víctima fue trasladada a un centro de salud y, de ahí, al Hospital Clínico de València, donde se le practicó una cesárea de urgencia para salvar al bebé. Las lesiones que la mujer, de 27 años y origen lituano, tenía en la cabeza eran incompatibles con la vida y nada pudo hacerse por salvarla.
El juicio comenzará el día 15 entre fuertes medidas de seguridad en la Audiencia de Castellón.
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