Elon Musk se ha convertido en un aliado para la campaña republicana de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. El dueño de Tesla y de X utiliza su perfil en la red social para apoyar a Donald Trump, al que acompañó en un mítin, y a su vez, atacar a la demócrata Kamala Harris. Musk es el gurú tecnológico que más claramente ha mostrado su opinión política de cara a las elecciones que darán un nuevo ocupante del Despacho Oval, pero no es el único al que los candidatos quieren conquistar.

Trump ha deslizado en varias intervenciones que ha mantenido conversaciones con Sundar Pichai, consejero delegado de la todopoderosa Google, y con Mark Zuckerberg, el fundador de Meta. Contra Pichai ha dicho que en el buscador no aparecen “buenas noticias” sobre si mismo. “Solo aparecen las historias negativas”, asegura el ex presidente de EEUU. Trump también ha puesto en boca de Zuckerberg que este no iba a elegir a la candidata demócrata, pero desde Meta han desmentido al republicano.

Las investigaciones contra Facebook sobre su injerencia en elecciones y la distribución de contenidos políticos llevaron a la matriz a incorporar varios cambios en las redes sociales para que este tema esté menos presente. “Nuestro objetivo es evitar hacer recomendaciones que puedan ser sobre política o cuestiones políticas, en línea con nuestro enfoque de no recomendar ciertos tipos de contenido a aquellos que no desean verlo”, explicó la compañía en un comunicado.

Pero el desmentido de Zuckerberg con respecto a Trump no garantiza que el fundador de Facebook vaya a depositar su voto en favor de Kamala Harris. Antes de incorporarse a las filas demócratas, Harris fue fiscal general en el estado de California, donde tienen sede las grandes tecnológicas del país. Durante ese tiempo, la ahora candidata a convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos, llegó a un acuerdo con Apple, Amazon, Google y Microsoft para que tuvieran una política de privacidad más clara.

El sector tecnológico mira con recelo a la que hasta ahora ocupaba la vicepresidencia de Joe Biden, bajo cuya administración se han reforzado las normas antimonopolio y de privacidad que han provocado que estas empresas tengan que pagar multas millonarias. Según han publicado varios medios estadounidenses, dos contribuyentes de la campaña demócrata han condicionado su aportación económica a que Harris destituya a la actual responsable de la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés), la agencia gubernamental responsable de vigilar las normas antimonopolio y de competencia justa.

En la anterior campaña presidencial, directivos de Oracle y Microsoft figuraron entre los contribuyentes de la campaña para la vicepresidenta Kamala Harris, pero su presencia en un ejecutivo que no ha mejorado la relación con el sector tecnológico, pone ahora en entredicho que el apoyo de Silicon Valley sea unánime con los demócratas. Un artículo publicado en FT revelaba que entre las elecciones de 2016 -las que ganó Trump- y las actuales, se ha incrementado el número de directivos del sector tech que apoyan económicamente la campaña republicana.

El sector tecnológico se había caracterizado por las tendencias progresistas, más cercanas al partido demócrata. Los líderes de estas compañías se erigían como activistas en muchos casos -impulsaron la presidencia de Obama- y esto es algo que está haciendo ahora Elon Musk, aunque en la dirección contraria a la que se había producido en los últimos años. Pero la lupa sobre estos gigantes empresariales y la propuesta de Biden para aumentar la fiscalidad de los millonarios y las grandes corporaciones han sido considerados ataques por muchos de los directivos de Silicon Valley.

Harris ha prometido que si se convierte en presidenta, EEUU continuará apostando por “la inteligencia artificial y la computación cuántica” en un guiño claro hacia el sector. Sin embargo, ha sido menos clara acerca de cuál es su postura en términos de monopolio. Según publicó el Washington Post, varias personas cercanas a la demócrata han estado acudiendo a reuniones con directivos de Silicon Valley en las últimas semanas para buscar apoyos para la californiana.

Algunos analistas comentan en medios estadounidenses que aunque Musk haga más ruido y esté siendo más activo en su perfil de X no representa el sentir del sector. En el lado contrario al fundador de Tesla, que hasta está sorteando un millón de dólares entre quienes se registren para votar por Trump, está el consejero delegado de Netflix, Reed Hastings, que se mostró partidario de una victoria demócrata.

Otros líderes menos mediáticos, como el cofundador de LinkedIn, Reid Hoffman, o el de Apple, Steve Wozniak, están del lado de Kamala Harris en esta reñida batalla presidencial. Además, los fondos de inversión que apoyan a la demócrata se han agrupado bajo la iniciativa VCforKamala, que agrupa ya a más de 800 directivos del venture capital que manejan, según datos de la plataforma, activos por valor de 300.000 millones de dólares.



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