El Consejo de Ministros acaba de aprobar un Real Decreto en el que se desglosa, paso por paso, cómo tendrá que ser la nueva normativa relativa a la gestión de los residuos derivados del tabaco. El texto destaca, entre otras, que a partir de ahora las empresas tabacaleras tendrán que hacerse cargo del reciclaje de las colillas, financiar la limpieza de estos productos dispersos ya sea en las calles o en las playas, incluida la limpieza de las infraestructuras de saneamiento y depuración, además de contribuir a las tareas de concienciación ciudadana para reducir estos residuos y hasta financiar estudios sobre el impacto de estos plásticos en el medio natural.
Según informa el Ministerio para la Transición Ecológica, como impulsores de esta medida, este tipo de medidas son clave para «garantizar modalidades de consumo sostenibles» y preservar los entornos naturales como los océanos. Pues hasta ahora, tal y como apuntan varios estudios, las colillas destacaban como uno de los diez productos de plástico de un solo uso que más frecuentemente aparece en las playas de la Unión Europea. «Esta directiva forma parte de los esfuerzos de la Unión Europea y pretende reducir el enorme impacto medioambiental causado por estos residuos, que se desechan de manera incontrolada directamente en el medio ambiente», afirman desde el Ministerio presidido por Ribera.
La normativa debía entrar en vigor en enero de 2023 pero debido a trabas burocráticas no ha visto la luz hasta ahora
La normativa forma parte del abanico de medidas propuestas en la nueva ley española de residuos y suelos contaminados aprobada en abril de 2022, en la que se contemplaba desde limitar la expansión del plástico de un solo uso hasta mejorar los sistemas de reciclaje involucrando, por ejemplo, los propios productores. El decreto sobre tabaco debía entrar en vigor en enero de 2023 pero, según explicaron en su momento fuentes de la Mesa del Tabaco, «el desarrollo reglamentario estaba siendo muy complejo» y, por lo tanto, no habían logrado llegar a un acuerdo sobre cómo debía llevarse a cabo.
Playas sin humo
La directiva aprobada este martes por el Consejo de Ministros también establece que todos los ayuntamientos podrán establecer limitaciones para fumar en las playas y hasta imponer sanciones a quienes lo incumplan. En Barcelona, por ejemplo, esta medida ya lleva dos años vigente y desde entonces se prohíbe explícitamente fumar en las zonas de arena y baño, con multas que rondan los 30 euros. En el conjunto de Catalunya, el pasado verano ya se contabilizaron un total de 52 playas adheridas a esta iniciativa, en las que solo se permite fumar en las zonas de chiringuitos y en los paseos marítimos.
Hoy por hoy, se estima que en el conjunto de España se generan unas 2.720 toneladas de colillas al año. Al menos un 70% de estas acaban tiradas al suelo. En los entornos urbanos, según han constatado varias inspecciones de residuos, de media se encuentran 0,1 colillas por metro cuadrado. En las playas, suponen más del 25% de los residuos recogidos. En los bosques catalanes, se estima que el vertido de colillas ha causado más de 300 incendios en la última década.La mayoría de estos residuos de una década en descomponerse así que, según alertan los expertos, el daño medioambiental que causan es enorme. De ahí la importancia de incentivar su recogida y reciclaje.