Tres días sin luz se han convertido en una bomba social para los cubanos. Los primeros indicios en la capital de la isla de una detonación n penumbras obligaron al presidente Miguel Díaz-Canel a lanzar una fuerte advertencia sobre las consecuencias de salir a las calles a oscuras a protestar. «Sobre hechos puntuales de desorden público que se han dado en La Habana, el presidente aclaró que existen los mecanismos para dar respuesta a cualquier inquietud, pero ´no vamos a permitir hechos vandálicos y mucho menos alterar la tranquilidad ciudadana de nuestro pueblo`», hizo saber la cuenta en X de la presidencia.

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