Hace unos días, Vardineia Semedo y Lolita Aminata regresaron a Bafatá, al este de Guinea-Bissau, después de un mes en Sevilla. Durante cuatro semanas se han empapado de periodismo y de radio, de cómo contar historias y de cómo, desde las ondas, se puede trabajar por hacer de su país un lugar mejor para las mujeres. La mutilación genital femenina y los matrimonios forzosos y la violencia siguen muy presentes en la vida diaria de las guineanas. La heramienta para luchar contra estas lacras se llama Radio Mulher, radio Mujer en castellano.
Se trata de una emisora comunitaria hecha por mujeres «que trabaja por el bienestar y la defensa de las mujeres en África», en palabras de Vardineia. El proyecto nació en 2018 sin apenas recursos. Ahora, gracias al trabajo de un grupo de más de diez mujeres de entre 18 y 35 años, Radio Mulher emite una parrilla de ocho horas diarias y se ha convertido en la cadena más escuchada de Bafatá, la segunda ciudad del país con unos 30.000 habitantes, según los pocos y desactualizados censos disponibles.
Esta radio nació como iniciativa de la ONG Periodistas Solidarios, de la Asociación de la Prensa de Sevilla (APS), bajo el impulso del periodista José Bejarano. También cuenta con el apoyo de la Diputación de Sevilla y de Canal Sur, junto a otros colaboradores como la Fundación Persán. Hace cinco años la Universidad de Sevilla (US) y Radio Mulher establecieron una cooperación por el que, cada curso, estudiantes de la Hispalense viajan a Bafatá y la US acoge a las integrantes de Radio Mulher en la Facultad de Comunicación. Una alianza de cooperación, aprendizaje mutuo y periodismo.
Los derechos de las mujeres, protagonistas
Guinea-Bissau no sólo es uno de los países más empobrecidos de África y con menor esperanza de vida del mundo. También es una nación en la que las mujeres sufren todo tipo de violencias y más se maltratan sus derechos. Prácticas brutales, como los matrimonios forzosos o la mutilación genital femenina (a pesar de que fue prohibida por el Gobierno del país en 2011 y se castiga con pena de cárcel) se siguen ejerciendo sobre niñas. En este contexto, Radio Mulher es una verdadera revolución.
«Sabemos que en África hay una alta discriminación contra las mujeres, trabajamos para disminuir las opresiones y para dar solución a este problema», explica Vardineia. A lo que Lolita añade: «Es una herramienta que permite a las mujeres expresar su voluntad y concienciar a las compañeras para que sepan de sus derechos».
En Guinea-Bissau siguen produciéndose prácticas como la mutilación genital femenina y los matrimonios forzosos
Y así, con los derechos de las mujeres como protagonistas, el equipo de Radio Mulher elabora cada jornada una parrilla de ocho horas. «Tenemos muchos programas, entre otros tenemos ‘Día a día de mujeres’, pero también hablamos de educación, de problemáticas sociales que tenemos y planteamos soluciones, también tenemos programas culturales (Guinea-Bissau es un país multicultural) y de música», enumera Vardineia.
«Nos decían que las mujeres no saben trabajar»
Radio Mulher puede presumir de llevar siete años en antena y de haberse posicionado como la emisora más escuchada de Bafatá, pero el camino hasta aquí no siempre ha sido fácil. Además de a las dificultades propias del contexto socioeconómico de la región, las mujeres de esta radio comunitaria han tenido que luchar (y lo siguen haciendo cada día) contra el profundo machismo de la sociedad guineana: «Al principio nos decían «las mujeres no saben trabajar, no saben gestionar horarios, no va a funcionar»«, recuerda Vardineia. «Pero ahora es diferente: somos un ejemplo en la ciudad».
Al principio nos decían «las mujeres no saben trabajar, no va a funcionar», pero ahora es diferente, somos un ejemplo en la ciudad
Con todo, apunta Lolita, el equipo de Radio Mulher no está exento de tener que aguantar comentarios misóginos: «Ahora nos respetan, pero a veces nos dicen que si estamos luchando por la igualdad de género por qué sólo colocamos mujeres, que tendríamos que tener hombres periodistas». Lolita le resta importancia, «muchas veces dicen esto de broma».
«Un gran impacto», hacia fuera y dentro
Y así, nadando a contracorriente y centradas en su objetivo, las componentes de Radio Mulher han logrado convertirse en referentes para otras compañeras y niñas de la ciudad. Vardineia relata con emoción cómo un día su vecino la llamó y le dijo «quiero que mi hija cuando crezca sea igual a ti. Esto me encanta, me alegra mucho, estoy siendo un ejemplo en mi comunidad, estoy haciendo una herramienta para que las niñas puedan escapar de las barreras que se les ponen».
En la misma línea, reflexiona Lolita, «nos ven trabajar, hacer noticias, reportajes… y ahora hay muchas personas que quieren trabajar en la radio, nos dicen que quieren aprender. Y eso también nos motiva, saber que muchos padres y madres van a querer que su hija trabaje«.
Pero este gran impacto de este proyecto no sólo repercute hacia fuera, sino también hacia dentro, hacia las vidas de quienes la hacen. Por ejemplo, para Vardineia, que procede de una familia pobre y sin recursos económicos para estudiar, entrar en Radio Mulher le cambió la vida. «Es mi vida presente. Soy una mujer empoderada, yo decido sobre mi vida, tengo independencia económica».
Por su parte, Lolita relata que siempre había sido extremadamente tímida (cuenta que si en su camino encontraba un grupo de personas, tomaba otra ruta para evitarlo), con dificultades para hablar en público o incluso para sostener la mirada en una conversación. Nadie podría imaginarlo escuchándola hablar cara a cara. «No sabía qué pasaba, siempre tenía mucho miedo, pero ahora para nada».
El oficio del periodismo
Otro de los aspectos que hace aún más admirable el proyecto es que, en uno de los países más pobres de África, el acceso a la educación está al alcance de unos pocos. «El equipo de Radio Mulher no tenemos formación periodística, formal con diploma», explican las visitantes. En este sentido, se muestran felices y agradecidas por la colaboración con la US y la ONG Periodistas Solidarios. Relata Vardineia que «esta colaboración llegó en el momento más oportuno. Recibimos formación, capacitación, ahora nos sentimos más capacitadas para hacer radio, cada vez tenemos más herramientas, tenemos más fuerza para hacer radio de verdad«.
Vardineia se define como una persona «muy ambiciosa» en términos de conocimiento, y cuenta que siempre sentía que le faltaba algo; ahora, en cambio, asegura sentirse «empoderada». Por su parte, Lolita defiende que gracias a que tienen formación teórica y práctica, tienen casi el mismo conocimiento que alguien que haya estudiado la carrera periodismo. «No necesitamos ir a la universidad cuatro o cinco años para estudiar periodismo porque ya hacemos periodismo todos los días«.
No necesitamos ir a la universidad cuatro o cinco años para estudiar periodismo porque ya hacemos periodismo todos los días
Reflexiona Vardineia que «necesitamos conocer otras realidades a la nuestra. Hacemos lo que está a nuestro alcance, pero precisamos saber cómo se hace periodismo en otros sitios». Valoran los intercambios como una oportunidad para ampliar horizontes, al tiempo que son conscientes de que Radio Mulher tiene sus propios métodos y de que «no podemos trabajar 100% como lo hacen los medios de comunicación de Sevilla, porque estamos hablando de contextos muy diferentes».
Durante sus semanas de estancia en Sevilla, las jóvenes han recibido clases en la Facultad de Periodismo de la US, han sido entrevistadas por numerosos medios de comunicación y han visitado varias redacciones, entre ellas la de El Correo de Andalucía.
«Los animales son más respetados que los negros»
La visita de este último mes a Sevilla ha sido la primera vez que Vardineia y Lolita han salido de África, han ido a clase, han hecho excursiones y han ampliado todos sus horizontes. Sin embargo, la parte menos amable de su viaje ha sido sufrir actitudes racistas. Sobre todo, apuntan, «cuando estamos solas, sentimos que estamos siendo miradas. Cuando estamos con compañeras blancas, no tanto». Aunque son conscientes de que estas actitudes «ocurren en todas las partes del mundo», es la primera vez que la han experimentado en su propia piel.
Las jóvenes relatan que, nada más llegar a la capital, se montaron en un autobús y descubrieron, atónitas, que había algunos viajeros que se alejaban de ellas. «Lo dejamos pasar, son las cosas de la vida. Sabemos que no podemos cambiar a las personas de un día para otro», reflexionan. Lolita añade que «hay personas que sienten que son más que otras, por diferencias del color de piel, económicas, pero todos tenemos alma. Somos todos iguales en derechos«.
Vardineia se sorprendió al conocer la situación que sufren las personas negras en España. «Es triste. Nacimos negros, pero eso no nos hace ser peor persona ni ser animales. Veo cómo las personas tratan a los animales aquí y creo que los animales son más respetados que las personas negras».
A pesar de todo, Lolita y Vardineia optan por ver el lado amable del ser humano. Cuentan que, durante la primera semana de clases en la universidad, ellas mismas tenían miedos (como que sus compañeros salieran del aula al entrar ellas), pero el mes de convivencia y estancia en Sevilla les ha demostrado que «hay personas buenas». Con una mochila llena de experiencias y aprendizaje, hace unos días regresaron a Bafatá, desde donde seguirán luchando contra las desigualdades, defendiendo los derechos de las mujeres y creando una sociedad mejor, haciendo lo que más les gusta: radio.