Un estudio realizado en cinco países y que ha contado con la participación del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona y de la Universidad de Barcelona, ha desvelado que el pesticida lambda-cihalotrina tiene un efecto devastador sobre el medio ambiente, pues no solo actúa sobre los insectos que dañan los cultivos, sino también sobre los que se encuentran alrededor y son beneficiosos para la agricultura.

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