Estos días para Sedi Behvarrad son muy difíciles. Está rota y llena de dolor por la muerte de su marido, Gabriel Cerdà, a los 71 años por un cáncer fulminante hace apenas dos semanas. Pero también siente una enorme gratitud hacia todo el personal del hospital Son Llàtzer por su trato tan «humano y sensible» estos meses tan duros para el matrimonio. Tal es la gratitud, que ambos tomaron una decisión muy importante antes de que Gabriel falleciera: «Hemos donado nuestra herencia a Son Llàtzer por lo bien que nos han tratado», explica la mujer.

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