La estrecha relación entre el comercio y la economía internacional, la descarbonización y el cambio climático ha quedado reflejada este lunes en la celebración en Barcelona del Día Marítimo Mundial, que ha reunido a tres secretarios generales de Naciones Unidas en la ciudad: la titular de Comercio y Desarrollo, Rebeca Grynspan; la secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial, Celeste Saulo; y la primera autoridad de la Organización Marítima Internacional (OMI), Arsenio Domínguez.
El encuentro en Barcelona ha puesto sobre la mesa de forma clara algunos de los aspectos que pueden poner en jaque a la economía global. El 90% del comercio internacional es marítimo, y ello conlleva “repercusiones muy importantes”, ha afirmado la secretaria general de Comercio. “Vamos a ver un incremento de los precios muy adverso para la economía internacional”, de la que se espera un crecimiento por debajo del 3% en los próximos años, según ha afirmado. Los motivos, ha explicado, se encuentran en la prolongación del conflicto en el Mar Rojo y una situación geopolítica adversa, combinados con una alta deuda de los países tras un periodo inflacionario y la previsión de una baja inversión.
Llueve sobre mojado
Para Grynspan, llueve sobre mojado en los países en desarrollo, que aún no se han recuperado de la crisis del covid y de las consecuencias de la falta de suministro de grano por la guerra en Ucrania. “Si no lo revertimos con mayor vigor en el ámbito multilateral, no volveremos a una tasa de crecimiento sostenible”, ha asegurado.
Grynspan ha remarcado que el 35% de los intercambios comerciales se producen entre países del sur. Sin embargo, no se recaba información sobre ellos, para lo que es necesario introducir nuevas herramientas de seguimiento para «funcionar bien en todas partes«, ha señalado.
Emisiones de los buques
La OMI tiene sobre la mesa dos papeles fundamentales: hacer frente a las crisis de seguridad en los intercambios comerciales como la del Mar Rojo, que ha alterado todos los flujos en el último año; así como pilotar las negociaciones entre los países para avanzar hacia la descarbonización del sector marítimo.
Frente al escepticismo respecto a un posible acuerdo global para implementar un impuesto a las emisiones del transporte marítimo, Domínguez ha asegurado que la OMI lo alcanzará y marcará un precio en octubre de 2025, para que entre en vigor en 2027, destinando la recaudación a apoyar la transición de los países en desarrollo. España, Francia e Italia reclaman una normativa global que evite cuanto antes distorsiones, ya que Europa es el único continente que grava desde enero las emisiones de CO2, lo que puede motivar que los buques opten por hacer escala en el norte de África.
Sector energético
La organización, que agrupa a 176 países y ha marcado como objetivo recortar las emisiones entre el 20% y el 30% para 2030, “está trabajando en cómo se implantarán los nuevos combustibles, como el amoniaco y los derivados del hidrógeno verde”. Domínguez ha reclamado al sector energético que “cumpla su parte y empiece a producirlos” y ha asegurado que la nueva flota marítima ya está actuando para adaptarse a su uso.
Alta demanda
Se prevé, no obstante, una falta de suministro de estos combustibles por la alta demanda procedente del sector industrial y el aéreo. Por ello, Domínguez ha explicado que el sector marítimo se apoyará a la vez en innovaciones como el uso de la energía eólica en los buques y una mayor eficiencia en las operaciones y los flujos de transporte marítimo. “Es posible reducir la velocidad de los barcos, que ahora al llegar a puerto deben esperar para poder entrar”.
Riesgos climáticos
Al mismo tiempo, ante el aumento de los fenómenos extremos debido al cambio climático, la secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial ha urgido a incluir las proyecciones meteorológicas como una parte más de toda la cadena de valor, al “permitir minimizar riesgos y optimizar rutas”, con lo que se puede “alcanzar un ahorro de combustible superior al 10%”. Los tres representantes han considerado fundamental el multilateralismo para afrontar todos los retos y evitar retrocesos.