Temblaron los cimientos del Estadi Olímpic de Montjuic. En el minuto 80 todos los aficionados presentes se levantaron. Seguro que alguno también en sus casas ante la pantalla de la televisión. Gavi esperaba junto al cuarto árbitro, que volvía a poner el ‘6’ en el luminoso casi un año después. La última vez que lo abandonó fue hace 336 días. Lo hizo por su propio pie, pero entre lágrimas. Ahora, bajo el cariño de toda la afición, la expresión era radicalmente distinta. Con los ojos empeñados, pero de felicidad y ganas. Pedri le pusó el brazalete de capitán como homenaje en su regreso, una declaración de intenciones y una muestra de lo que Gavi significa para el club azulgrana.

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