Primero fueron las novedades del informe de la UCO de la Guardia Civil sobre la trama Koldo y después la investigación al fiscal general del Estado. El PP recibió un balón de oxígeno más potente de lo que esperaba para pasar página de una crisis interna de gran dimensión a cuenta del error parlamentario que les llevó a apoyar una reforma legal que permitirá excarcelar a presos de ETA antes de tiempo. También se vio forzado a cerrar en falso esa crisis, lo que no impide que haya un ajuste de cuentas pendiente. En el entorno de Alberto Núñez Feijóo insistieron desde el primer momento en que no habría represalias individuales ni culpables señalados.

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