El cáncer de mama es sensible a las hormonas en la mayor parte de casos, por lo que las personas trans –muchas de las cuales se someten a intensos tratamientos hormonales– están en riesgo de desarrollarlo en algunos escenarios. El principal hace referencia a las mujeres trans que reciben tratamiento, que tienen más predisposición que los hombres a sufrirlo (entre un 1% y un 2% de tumores en la mama aparecen en varones).
Las mujeres trans tienen un riesgo 46 veces mayor que el de los hombres
Todavía hay pocos estudios al respecto, pero un informe holandés publicado en el British Medical Journal, el mayor hasta la fecha en población trans (en el que han participado 2.260 mujeres trans y 1.229 hombres trans), ha identificado 15 casos de cáncer de mama entre las mujeres participantes, lo que supone un riesgo 46 veces mayor respecto al de los hombres cis (cuando el sexo asignado al nacer coincide con la identidad de género).
El motivo es que el tratamiento con estrógenos a largo plazo aumenta el riesgo de cáncer de mama por efecto acumulativo de dosis a la que se expone el tejido glandular (las hormonas femeninas también son un factor clave de la prevalencia de esta enfermedad entre las mujeres cis). Este riesgo es especialmente significativo después de completar los cinco años de tratamiento hormonal feminizante. Y, al igual que en el resto de mujeres cis, este colectivo presenta otros factores de riesgo a tener en cuenta como índice de masa corporal, antecedentes familiares, etcétera.
Hombres trans
En cuanto a los hombres trans, se ha apreciado que tienen menos riesgo de sufrirlo cuando reciben la administración de testosterona o cuando se someten a procedimientos quirúrgicos. De hecho, en el estudio citado solo se identificó cuatro casos entre los 1.229 participantes. Por lo tanto, tienen la mitad de probabilidad de tener un tumor que las mujeres cis. Pero sí tienen riesgo si mantienen sus mamas.
Ante ello y dado que cada vez hay más población trans, diversas sociedades científicas, en el marco del Día Mundial de Cáncer de Mama, que se celebra cada 19 de octubre, han unido sus voces para incidir en la necesitad de que las personas trans con glándulas mamarias se sometan a los programas de cribado de manera continuada, al igual que las mujeres cis, para evitar que el diagnóstico sea tardío y, por tanto, de peor pronóstico.
«El desconocimiento del correcto lenguaje inclusivo, por parte del personal sanitario, provoca la escasa adherencia a los programas de cribado de este colectivo»
Se ha detectado que mujeres trans que se han sometido a los tratamientos hormonales –con lo cual pueden tener una mama igual de madura y funcional que las mujeres cis– quedan fuera de los programas de cribado si no han realizado el trámite administrativo de cambio de sexo en el DNI y, por tanto, en su documentación aparece que son de sexo masculino. Lo mismo sucede con los varones trans que no se han sometido a una mastectomía, que son excluidos una vez cambian su sexo en el DNI, aunque mantengan sus mamas.
La falta de formación
Además, independientemente de su documentación, muchas personas trans no acuden a los cribados porque sienten cierta «incomodidad«, según indica el doctor Ignacio Miranda, oncólogo del Internacional Breast Cancer Center (IBCC). «El desconocimiento del correcto lenguaje inclusivo, por parte del personal sanitario, provoca la escasa adherencia a los programas de cribado de este colectivo», explica.
Por ello, el especialista aboga porque el personal sanitario reciba una adecuada formación y que los servicios sean más inclusivos, de forma que se evite cualquier posible discriminación y se aumenten las personas trans que se someten a los cribados.
“Cada vez con más frecuencia hay personas que, tras dar el paso, inician una larga transición de adecuación de género. Debemos estar alerta para que esta decisión no conlleve una pérdida de derechos sanitarios, un menor acceso a estrategias diagnósticas y terapéuticas. Es necesario trabajar para integrar a esta población al programa de cribado poblacional de cáncer de mama y asegurarles las mismas garantías que al resto de la población”, añade el doctor Javier Cortés, director del IBCC, uno de los centros que participan en la iniciativa.