Las controvertidas cuentas del Barça del ejercicio 2023-24, con un beneficio ordinario de 12 millones y unas pérdidas extraordinarias de 91 millones, han salido adelante. Los compromisarios han aprobado el resultado económico después de escuchar las explicaciones detalladas de Ferran Olivé, el tesorero de la junta directiva. Joan Laporta, en el prólogo del informe presidencial que abrió la reunión anual de los socios azulgranas, proclamó la recuperación económica del club reforzando el valor del superávit. «Hemos frenado la hemorragia que sufríamos desde hace siete años; desde 2017, el resultado ordinario era negativo», enfatizó.
La Asamblea de Compromisarios, que volvía a ser telemática con una testimonial presencia de varias personas en el Auditori (los mil socios más antiguos, los miembros de las diferentes comisiones del club y los expresidentes), votó a favor abrumadoramente: 452 personas dieron el sí, 156 votaron en contra y 26 lo hicieron en blanco. Se contaron 634 votos, y había 927 acreditaros para votar. Es decir, sólo el 48,7% aprobaron las cuentas.
No cambia el mayoritario sustento de los compromisarios a los dirigentes de turno, sea cual sea la naturaleza de la convocatoria. Josep Cubells, el secretario de la junta, fue arrojando datos de participación. De las 561 personas al iniciarse la sesión sobre un volumen de 4.331 socios convocados (12,9%) se pasó a las 980 personas antes de la primera votación de las cuentas, la más delicada, (22,6%), «un récord en las asambleas telemáticas», subrayó Cubells, tras escuchar que Joan Gaspart, el expresidente, recriminaraá a Laporta que no hubiera retomado las asambleas presenciales,
Los detalles del tesorero
Olivé detalló las distintas partidas que explicaban la mejoría del funcionamiento ordinario de la entidad entre los ingresos y los gastos que arrojaron el superávit de los 12 millones. Las pantallas pormenorizaban que se han ganado 35 millones más respecto del presupuesto (de 859 a 894), aunque también se habían incrementado los gastos en 34 millones (de 832 a 866).
Olivé explicó las aparentes contradicciones que mostraba el powerpoint, como por ejemplo las pérdidas en los ingresos del estadio (la peor recaudación de entradas y del negocio futbolístico con el traslado a Montjuïc, de ahí las prisas por volver al Camp Nou lo más pronto posible), en el concepto Media que son los premios y primas de derechos de televisión (los dos millones de menos se explican por la derrota ante el Shakhtar Donetz, citó Olivé, que podría haber añadido la sufrida ante el Amberes) y por la esponsorización, debido, entre otras cuestiones, al peor rendimiento del primer equipo, el motor fundamental de la entidad. Hubo, sin embargo, mayores beneficios por los traspasos de futbolistas y el concepto de otros ingresos recurrentes, que viene a ser un dinero provisionado «para litigios laborales y fiscales» que se recupera a medida que se van ganando.
El valor de Barça Vision
El dirigente trató de ser didáctico para abordar la principal controversia sobre Barça Vision, compañía también conocida como Bridgeburg y que se ocupa de gestionar los activos tecnológicos del club. «Hemos hecho un ejercicio de transparencia brutal», aseguró Olivé al comparar la situación actual del Barça con la que heredaron de Josep Maria Bartomeu, «con una tesorería que no permitía pagar a los trabajadores», entre otras razones, porque «el volumen del salario de las nóminas deportivas suponía el 98% de los ingresos».
La controversia de Barça Vision radica en que la compañía está valorada en 408 millones, de lo que discrepa el auditor y por lo que ha efectuado una salvedad. Esa palanca que permitió dotar de fairplay al club y poder hacer fichajes cuando se vendió el 49%, sufre los impagos de los socios que asumieron ese porcentaje. Pagaron 10 millones cada uno (Orpheus y socios.com) en la adquisición de 2022, y se comprometieron a hacer frente a 30 millones más individualmente en 2023, 2024 y 2025. Y no lo hicieron.
Aramark, la empresa de catering que sirve al Barça, asumió 25 millones de los deudores y ha pasado a ser «un inversor ancla» de Barça Vision. De ahí salen los 141 millones menos. El Barça mantiene la valoración inicial de los 408 millones, corroborada por la opinión de Aramark, y de la que la firma auditora discrepa, sin estipular, en cambio, qué grado de depreciación le aplica.
El amigo Sala Martín
Xavier Sala Martín, exvicepresidente del Barça, y amigo confeso de Laporta, lanzó un capotazo en una intervención por videoconferencia cuando se abrió el turno de preguntas. El economista quiso resaltar que la salvedad del auditor es incompleta al no cuantificar esa depreciación. Pero también puso en valor «la brutal reducción» de los salarios de los futbolistas que había hinchado Bartomeu al alargar y aumentar los contratos antes de dimitir.
No dejó pasar la oprtunidad Sala Martín de subrayar la contradicción de las reglas contables por las que se otorga el valor de un futbolista al dinero que ha costado y, por el contrario, el futbolista que surge de la cantera equivale a cero. Puso el ejemplo que el trío Dembélé, Countinho y Griezmann, tenían un valor de 340 millones (lo que pagó el Barça por ellos) y, por el contrario, el trío que formaban Busquets, Xavi y Messi, era cero. «Hablemos de Lamine Yamal, por ejemplo, cuyo valor en el mercado futbolístico es de 250 millones y, en cambio, los contables consideran que es cero», explicó.