Hay una nueva ola en el cine y no se puede negar. Después de años de quejas de las actrices porque ya no hay historias de amor entre sus ofertas de trabajo una vez cumplidos los 40, el año 2024 ha venido a demostrar lo contrario. Lo verdaderamente sorprendente es que todas las películas han salido a la vez y, aparentemente, contando historias similares. La idea de tenerte, Un asunto familiar, Una aventura en Marruecos o Babygirl: de repente hay un boom de mujeres mayores liándose con hombres mucho más jóvenes que ellas. ¡Y en dos de esos casos la protagonista es Nicole Kidman!
El concepto de una mujer mayor liándose con un chico joven fascina. En inglés existe incluso un término (despectivo, por supuesto) para referirse a ellas: cougars. Se traduce literalmente como pumas, pero en el vocabulario más casual se refiere a personajes como el de Samantha Jones en Sexo en Nueva York. Porque, como los animales, «cazan» a estos pobres chicos indefensos. Una palabra que no tiene equivalente masculino, a pesar de que esa dinámica de hombre mayor con chica joven es mucho más habitual.
El cine se basa en hombres mayores con mujeres jóvenes
Incluso cuando la diferencia ronda la década se ve normal. Es el caso de algunas de las películas de amor favoritas del público en los últimos tiempos. En La la land, Ryan Gosling le saca ocho años a Emma Stone; en Orgullo y prejuicio Matthew Macfadyen tiene once años más que Keira Knightley; en ¡Olvídate de mí! Jim Carrey tiene trece años más que Kate Winslet. En Los puentes de Madison Clint Eastwood tiene 19 años más que Meryl Streep. Es el pan de cada día en el cine: que la mujer sea mucho más joven que el hombre no solo es normal sino deseable.
De hecho, existen dos casos que demuestran con creces el problema tan serio que tiene Hollywood con las mujeres mayores. En El graduado, Dustin Hoffman tiene solo seis años menos que el personaje de Anne Bancroft. En Mamma Mia! 2, Cher hace de la madre de Meryl Streep habiendo nacido solo tres años antes que ella… aunque hay sorpresa: Pierce Brosnan es cuatro años más joven que su interés romántico en la película.
Algo está cambiando
Sin embargo, es evidente que algo está cambiando. Al comienzo del verano la versión estadounidense de la revista Elle publicaba un artículo en el que señalaba que con la relación entre Olivia Wilde y Harry Styles el pasado año se habían abierto muchas puertas. La idea de tenerte se estrenó en mayo en Prime Video, con una diferencia de edad de doce años entre los protagonistas y el personaje de Nicholas Galitzine inspirado en el cantante de One Direction.
Solo dos meses después llegó Un asunto familiar, con Nicole Kidman y Zac Efron (20 años de margen), aunque curiosamente ellos ya coincidieron en Paperboy, donde también tuvieron un romance prohibido. Y este mes de octubre se ha estrenado Una aventura en Marruecos, con Laura Dern y Liam Hemsworth (23 años de diferencia). No será la última, en principios de 2025 se espera Babygirl, en donde existe la brecha mayor con 27 años entre ellos.
Otro detalle que une todas estas películas es que están escritas por mujeres. Aunque un par de ellas tienen a un hombre al mando, reflejan los deseos e ideas de un porcentaje de la población que, en ocasiones, se ha sentido ninguneado. Porque aunque en todas estas producciones la diferencia de edad es referida como un obstáculo, también reflejan a mujeres que son sensuales, poderosas y exitosas en lo laboral. Pintando ese retrato de aquello a lo que aspira una nueva generación que ha crecido bajo las consignas del último feminismo y movimientos como el #MeToo.
Las mujeres mayores son atractivas
Sí, hay diferencia de edad, pero ¿hay desequilibrio de poder? En el caso de La idea de tenerte y Un asunto familiar intentan dejar claro que no: por eso contraponen a esas mujeres con chicos que son famosos o que tienen libertad económica. Conceptos que les ofrecen autonomía y, por tanto, «excusan» esa brecha de madurez.
«Creo que debería desmitificarse«, aseguró Nicole Kidman en la première de Un asunto familiar sobre las relaciones entre mujeres mayores y hombres jóvenes. Y parece que el objetivo se está consiguiendo: en Country&Town House lo llaman un «renacimiento» de las mujeres mayores, en The Ringer dicen que es «oficialmente el año de pillar cacho». Además, lo etiquetan directamente como el cougarcore, dándole la categoría de tendencia y, quizás, reapropiándose de un término originalmente despectivo.
«Sabemos que las mujeres mayores son igual de atractivas para los hombres jóvenes como los hombres mayores para las mujeres jóvenes, no importa cómo de amenazante eso sea para el patriarcado«, aseguraba hace unos meses la consultora Cindy Gallop en conversación con Elle. Y aunque sea beneficioso para eliminar esas barreras que este tipo de películas existan, hay que recordar que en la era del capitalismo no hay nada que se haga si no va a suponer un rédito económico. Y es evidente que hay un público muy determinado y entregado que consume este tipo de producciones, porque la industria ha producido no una sino tres películas parecidas.
Sin embargo, el reto de las relaciones paritarias, de las mujeres independientes y al cargo de su propia sexualidad… ese sigue existiendo en la vida diaria. La romantización de Hollywood todavía no ha hecho efecto.