Diez jornadas han bastado para dejar clara una premisa en el regreso blanquiverde a Segunda División: existen dos Córdoba CF, uno lejos de casa, mucho menos efectivo; y otro en El Arcángel, donde se antoja un rival temible. Más que refrendada quedó esa idea tras el pasado triunfo de los de Iván Ania ante el Cartagena (2-1), con el que amarraron un triple propósito de valor considerable. Primero se logró superar a un rival directo en la pelea por la permanencia, pasando, de forma paralela, por recuperar sensaciones -necesarias- tras el revés en Granada, mientras que más allá, con una mirada en la estadística, se logró igualmente mantener el cerrojo en el feudo cordobesista, que se ha destapado como una de las canchas más rocosas de la categoría.

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