Al menos diez personas han muerto, incluido un niño, y otras 30 han resultado heridas, la mitad de ellos menores de edad, en un bombardeo achacado a aviones de guerra de Rusia contra los alrededores de la ciudad siria de Idlib (noroeste), según ha informado el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
El organismo, con sede en Londres e informantes en el país, ha señalado que los bombardeos han afectado a un aserradero, un taller de muebles y una empresa de prensado de aceitunas en las afueras de Idlib. En total, los aviones rusos han llevado a cabo durante la jornada cerca de una treintena de ataques aéreos en las zonas rurales de Idlib y Latakia, teniendo como objetivo tanto zonas civiles como militares.
Rusia es uno de los principales apoyos internacionales del presidente sirio, Bashar al Assad, y su intervención militar en 2015 permitió a las fuerzas gubernamentales repeler los avances rebeldes y tomar de nuevo la iniciativa en el campo de batalla.
La provincia de Idlib está dominada por Hayat Tahrir al Sham (HTS) –heredera del Frente al Nusra, otrora filial de Al Qaeda en Siria–, por lo que permanece fuera del control de las autoridades sirias. En la región operan además diversos grupos armados que cuentan con apoyo de Turquía, que ha desplegado además militares en esta provincia.